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Panorama Actual del Medicamento
REVISIÓN
muy alta y todas estas complicaciones son más
frecuentes en pacientes fumadores.
La penetración sólo puede reconocerse quirúr­
gicamente y su diagnóstico es básicamente clínico.
Se estima que un 25% de las úlceras duodenales
y un 15% de las úlceras gástricas pueden llegar
a penetrar en órganos vecinos como hígado, epi­
plon o páncreas. Los datos que se encuentran en
la exploración física son dolor con irradiación a
espalda o a otras áreas de un dolor previo más
localizado, la pérdida del ritmo del dolor (períodos
álgidos más prolongados), disminución del alivio
producido por la ingesta o alcalinos. El dolor suele
ser nocturno y en cualquier caso esta complicación
no supone un cambio en el tratamiento.
La hemorragia se presenta en un 25% de los
pacientes ulcerosos en algún momento de su evo­
lución. De una manera menos frecuente se puede
encontrar anemia ferropénica por hemorragias
continuas y ocultas o hemorragias en forma de
hematemesis, melenas o hematoquecia.
La perforación supone la penetración de la úl­
cera en todas las capas del estómago o duodeno
alcanzando la cavidad peritoneal. El 90% de las
perforaciones se localizan en la cara anterior del
bulbo duodenal y en un tercio de los pacientes es
la primera manifestación de la enfermedad ulce­
rosa. La clínica consiste en la aparición de un dolor
brusco muy intenso epigástrico, puede irradiar a
espalda o extenderse al resto del abdomen. Hay
contractura muscular, silencio a la auscultación y
signos de irritación peritoneal.
La estenosis pilórica es secundaria a procesos
de cicatrización y retracción en úlceras pilóricas y
duodenales. Es una complicación menos frecuente
que las anteriores y su incidencia ha disminuido en
los últimos años, gracias al descubrimiento de la
infección por
H. pylori
y por tanto, al tratamiento
erradicador del mismo. Sobre todo es más fre­
cuente encontrar esta complicación de la UP en
varones y en edad avanzada. Se manifiesta como
plenitud epigástrica, náuseas, anorexia y vómitos
si se mantiene en el tiempo. Para el diagnóstico la
endoscopia es la exploración más rentable ya que
permite excluir lesiones malignas.
APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
Para poder diagnosticar la UP se debe sospechar,
ante todo, por la clínica del paciente, aunque ni la ex­
ploración física, en muchos casos anodina, ni la ana­
lítica permiten diagnosticarla de una manera fiable.
Dependiendo de si la UP presenta o no algún tipo
de complicación, en la exploración física se pueden
hallar algunos datos que nos orienten. Los hallaz­
gos exploratorios en los pacientes con una úlcera no
complicada suele ser normal o puede revelar única­
mente dolor a la palpación profunda en el epigastrio
(hallazgo inespecífico). Sin embargo la exploración
en los pacientes con UP complicada nos puede
ofrecer distintos signos exploratorios como una
DEFENSA ABDOMINAL MUSCULAR INVOLUNTA­
RIA (abdomen en tabla) en el caso de perforación,
la pre­sencia de hematemesis o melenas en el caso
de hemorragia, el bazuqueo gástrico en el caso de
obstrucción gástrica por es­tenosis pilórica) y hallaz­
gos de laboratorio sugerentes (anemia, leucocitosis,
datos de desnutrición).
Se deben buscar también signos de enfermeda­
des asociadas, en especial cardíacas, respiratorias o
hepáticas, que aumentan el resigo de complicacio­
nes (especialmente quirúrgicas) en estos pacientes.
Diagnóstico de la lesión ulcerosa
Para confirmar el diagnóstico de UP es nece­
saria la realización de una
endoscopia digestiva
alta (gastros­copia).
Es más sensible y específica
que la radiología, permi­te la toma de muestras
para biopsiar y permite la posibilidad de realizar
un tratamiento endoscópico en el caso de úlcera
sangrante. Esta técnica lo que nos permite es la
identificación de la lesión ulcerosa
per se
. Se
deben tomar biopsias para descartar malignidad,
no hay consenso acerca del número de biopsias
que hay que rea­lizar, algunos estudios recomien­
dan un total de 6 para poder diagnosticar el 98%
de las neoplasias gástricas
Criterios endoscópicos
de malignidad-benignidad en la UP
Benignidad
Pliegues regulares rodeando el nicho ulceroso
Cráter plano y con exudado
Blando al tacto con las pinzas
Malignidad
Pliegues irregulares rodeando el nicho ulceroso,
interrumpidos, nodulares y fusionados
Márgenes ulcerosos sobreelevados, friables e
irregulares, tumoración que protruye hacia la luz
Duro al tacto con las pinzas
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