Revista Farmacéuticos - Nº 400 - Noviembre-Diciembre 2014 - page 43

FARMACÉUTICOS N.º 400 -
Noviembre-Diciembre
2014
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Asesoramiento Farmacéutico
dermis es el
fibroblasto
, responsable de la producción de la sustancia
que queda entre las células de la dermis (
matriz extracelular
). Esta
matriz contiene un componente fibrilar con
fibras colágenas
y
elás-
ticas
y un componente sin forma (amorfo), que recibe el nombre de
sustancia intercelular
o
sustancia fundamental
amorfa del conectivo,
muy rica en
glicosaminoglicanos
y
proteoglicanos
. Las
fibras colá-
genas
son mucho más gruesas y numerosas que las elásticas.
Por último, la hipodermis forma una capa de diferente espesor, que
depende de la localización topográfica, del sexo y del estado nutricio-
nal del individuo. Está constituida por células rellenas de grasa (adi-
pocitos), formando voluminosos lóbulos separados por tabiques del
mismo tejido conectivo que el de la dermis.
Estructuralmente se puede considerar a la piel como un gel muy
hidratado en su parte interna –la dermis–, con un contenido del 70%
de agua, y mucho menos hidratada en su parte externa –epidermis–,
con valores que descienden hasta un 13-10% en el estrato córneo. El
agua y las sustancias solubles llegan a la dermis a través del torrente
circulatorio; los capilares sanguíneos se comportan como una mem-
brana semipermeable, dejando pasar el agua y los electrolitos que
se dispersan en la dermis. Una fracción mínima penetra en las célu-
las (agua intracelular), otra fracción se liga a las fibras de colágeno,
elastina y, en mayor cantidad, a los glicosaminoglicanos, formando
un conjunto fuertemente hidratado que actúa como reserva o alma-
cén de agua del organismo, ya que
contiene del 20 al 40% del total
del agua corporal
. Por último, una pequeña fracción de agua ligada
muy débilmente a estas estructuras dérmicas la embebe y atraviesa.
En las capas internas epidérmicas el agua es principalmente intra-
celular, y solo una pequeña parte circula a través de los espacios inter-
celulares. Al llegar a la capa más superficial de la piel, las condicio-
nes vuelven a cambiar. En el estrato corneo los
corneocitos
(células
muertas, aplanadas, fuertemente queratinizadas y muy resistentes) se
encuentran dispuestos como los ladrillos de una pared. Entre ellos, y
ocupando los espacios intercelulares, lípidos que actúan a modo de
cemento, asegurando la cohesión de la pared del estrato córneo. De
este modo, el estrato corneo se convierte en una eficiente barrera fren-
te a la perdida de agua a su través.
Los lípidos epidérmicos son una mezcla compleja, formada por los
segregados por la glándula sebácea y los originados durante la dife-
renciación bioquímica de los queratinocitos. Por ello, la composición
de los lípidos de las capas inferiores epidérmicas es diferente de los
del estrato corneo. Es una mezcla muy apolar, que contiene principal-
mente triglicéridos, ácidos grasos, escualeno, esfingolípidos (cerami-
das) y colesterol. Estos lípidos se ordenan en el estrato corneo en for-
ma de bicapas paralelas que retienen finas láminas de agua entre ellas.
Si el contenido en agua es bajo, estos lípidos pueden formar aglome-
rados de cristales solidos que permiten la premiación de agua a su
través. Por el contrario, en presencia de niveles fisiológicos de agua
(10%) adquieren la estructura de cristales líquidos, de consistencia
semisólida, menos permeables y capaces de retener agua entre ellos.
En los espacios intercelulares del estrato corneo se encuentran, ade-
más de los lípidos, proteínas y aminoácidos resultantes de la degra-
dación de los queratinocitos, así como los constituyentes del sudor
(agua, sodio, potasio, cloruros, lactatos, urea, amoniaco y otros ami-
noácidos). El conjunto de sustancias hidrosolubles constituye el
fac-
tor hidratante natural
(FHN), el cual, por su carácter higroscópi-
co, es capaz de absorber y retener agua en el estrato córneo, dado que
éste presenta una permeabilidadmuy inferior a la de otras membranas
de nuestro cuerpo. En definitiva, la acción de barrera del estrato cór-
neo es física, ya que depende de propiedades osmóticas o de difusión
ligadas al grado de humedad, grosor e integridad del estrato corneo.
En última instancia, el aspecto de la piel depende del estado general
de la misma y, en particular, del estado de hidratación del estrato cor-
neo, ya que este regula la elasticidad, la flexibilidad y la suavidad. La
retención de agua en el estrado corneo varía según los individuos. Es
relativamente débil en las personas con la piel seca, definida como la
resultante de una deslipidización y deshidratación de las capas super-
ficiales, adquiriendo un aspecto áspero, rugoso, poco suave y con sen-
sación de tirantez.
Son numerosos factores externos,
ambientales, mecánicos, químicos y
microbiológicos pueden alterar el efecto
barrera de la piel, con el consiguiente aumento
de perdida transepidérmica de agua, disminución del contenido hídri-
co del estrato corneo y aumento de la descamación. Para recuperar
esta funcionalidad es necesario realizar acciones para asegurar que la
cantidad de agua en la piel se mantenga adecuadamente. Los térmi-
nos hidratación
e hidratante
se popularizaron hace ya muchos años,
particularmente ligados al desarrollo de la industria cosmética. Esta
función se refiere al restablecimiento del contenido hídrico de una
piel seca. Asimismo, es habitual utilizar el término emoliente para
referirse a la capacidad para ablandar o suavizar un área inflamada y,
en el caso de los emolientes cutáneos, para incrementar el grado de
hidratación de la piel y, en consecuencia, su suavidad.
Por tanto, puede definirse la hidratación cosmética como la capa-
cidad de una preparación para incrementar el contenido hídrico del
estrato corneo; y la acción emoliente, como la capacidad de una pre-
Tratamiento
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