FARMACÉUTICOS N.º 381 -
Enero-Febrero
2013
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A fin de responder mejor a las necesidades cambiantes de los
pacientes y sistemas sanitarios, debemos:
1
Gestionar la farmacoterapia y asumir mayor control y res-
ponsabilidades por las personas a nuestro cuidado. Educar
a los pacientes sobre sus tratamientos y facultarlos para que
autocontrolen su patología.
2
Con el fin de disponer de toda la información relevante a la
hora de comprobar la medicación de un paciente, debería-
mos tener acceso a la información sanitaria del paciente y a la lis-
ta de medicación que está tomando, respetando al mismo tiem-
po las normas nacionales de protección de datos y privacidad.
Esto es esencial para maximizar los beneficios de la intervención
de los farmacéuticos comunitarios en la asistencia al paciente.
3
Cooperar con otros miembros del equipo asistencial para
la detección y gestión de enfermedades crónicas, y apor-
tar nuestro conocimiento sobre los medicamentos a redes
de atención especializada que traten una patología especí-
fica. En general, el modelo de asistencia colaborativa debe-
ría permitir que los profesionales sanitarios trabajasen jun-
tos, de forma que se maximicen sus competencias dentro del
equipo de salud.
4
Garantizar la continuidad de la atención farmacéuti-
ca durante la transición de los pacientes entre los cen-
tros de urgencias/hospitalarios y sus domicilios. Por ejemplo,
se debería llevar a cabo, de forma sistemática en Europa, la
reconciliación de los medicamentos entre el ámbito de urgen-
cias/hospitalario y el primario.
5
Elaborar una estrategia de investigación en Farma-
cia comunitaria, a fin de apoyar el desarrollo futuro de
servicios.
¿CÓMO PODEMOS HACER MÁS POR NUESTROS PACIENTES?
La misión respecto a la salud pública de los farmacéuti-
cos comunitarios va más allá del uso de los medicamentos.
Forma parte de una estrategia sanitaria más amplia, cen-
trada en la población, cuyo objetivo es mejorar el estado
de salud y la calidad de vida de las comunidades a las que
atendemos. Los farmacéuticos comunitarios estamos en
el corazón de la asistencia sanitaria, proporcionando a los
ciudadanos de los Estados miembros de la UE una amplia
gama de servicios profesionales cuyo objetivo es mejo-
rar su salud y bienestar. Como resultado de la forma en la
que están distribuidas las farmacias comunitarias, a menu-
do mediante un sistema de planificación, la gran mayoría
de las personas tienen un acceso adecuado a, al menos, una
farmacia, y a menudo a dos o más, cerca de donde viven o
trabajan. Sabemos que la frecuencia de las visitas a la far-
macia es más del doble que la de las visitas al médico de
atención primaria. Esto hace del farmacéutico comunitario
el profesional sanitario más visitado, lo que sitúa a la Far-
macia comunitaria en una posición única para apoyar a los
pacientes y ayudar a mejorar la salud pública.
LOS FARMACÉUTICOS COMUNITARIOS SON
PROFESIONALES PRÁCTICOS PARA LA SALUD PÚBLICA
QUE CONTRIBUYEN DE MUCHAS FORMAS A MEJORARLA:
Apoyando el autocuidado
Los farmacéuticos comunitarios ofrecen consejo sobre
molestias comunes, como tos, resfriados, dolor, proble-
mas de piel y digestivos, y son la principal fuente de con-
sejo sobre los medicamentos que están disponibles sin
receta. Ofrecen un amplio espectro de servicios para ayu-
dar a los pacientes a abordar la obesidad (programas de
gestión del peso), el tabaquismo, el alcoholismo, o el
mal uso de medicamentos y otras sustancias adictivas.
Su situación es ideal para promocionar una salud sexual
segura y planificación familiar, incluida la dispensación
de la anticoncepción hormonal de emergencia. Los far-
macéuticos comunitarios desempeñan un papel esencial
en la educación sanitaria y, en última instancia, garanti-
zan un autocuidado seguro y efectivo.
Contribuyendo a la farmacovigilancia
Los medicamentos no están exentos de riesgos. Sólo se
pueden identificar efectos adversos inesperados cuan-
do un medicamento está disponible para una población
amplia. Los farmacéuticos notifican dichas reacciones
adversas a las agencias nacionales del medicamento. Al
hacerlo, contribuyen a la seguridad de los pacientes y, por
tanto, mejoran la calidad de la asistencia en términos de
eficiencia y tolerancia.
Detectando amenazas para la salud pública y gestionan-
do crisis
Con frecuencia, los farmacéuticos comunitarios actúan
como “radares” de las amenazas para la salud pública.
Los farmacéuticos ocupan un lugar único en la comuni-
dad en la detección de la aparición de problemas emergen-
tes de salud pública. Además, los farmacéuticos comunita-
rios tienen una importante función que desempeñar en las
estrategias nacionales para responder a las crisis. La red de
farmacias comunitarias, a menudo, sirve como punto de
información para los ciudadanos y puede adaptarse rápida-
mente para ofrecer los servicios farmacéuticos necesarios.
Difundiendo información de salud pública
En todos los países europeos, las farmacias comunitarias
participan en campañas sanitarias desarrolladas por los
propios farmacéuticos comunitarios y/o en colaboración
Mejorar la salud pública
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