Revista Farmacéuticos - Nº 122 - Julio-Septiembre 2015 - page 21

en 1651 y refundada en 1669, quizás la más interesante
desde el punto de vista artístico y arqueológico.Vale la
pena visitar Santiago. No es repetición ni redundancia.
De hecho, el conjunto de estatuas, cada una
enteramente original, tiene pocos rivales en Paraguay. El
museo es también obra de la fundación Paracuaria,
parece una réplica del museo de San Ignacio. Desde una
gran ventana se tiene una hermosa vista, que nos
permite transportarnos en el tiempo de las ruinas de la
Reducción.
Como dice el historiador Hernán Busaniche,
“jalonaba este pueblo la antigua ruta donde se permitía
en forma limitada el tráfico de los productos misioneros
con los comerciantes que venían del sur; esto dio
singular impulso a aquellos pueblos y facilitó su
desarrollo y crecimiento”.
La iglesia actual posee un retablo, quizás único entre
los restos de las Reducciones. El tema de las pinturas
(entre las pocas sobrevivientes) es el Bautismo: en el
centro el de Cristo y a los dos lados, el bautismo del
etíope por Felipe y San Francisco Javier bautizando a los
orientales.
Naturalmente hay estatuas de Santiago Apóstol,
patrono nacional de España. Durante los años de la
Reconquista, Santiago era conocido como “Matamoros”,
es decir, que ayudaba a los cristianos contra los moros.
Fue natural que Santiago fuera aceptado por las gentes
de las Reducciones como patrono contra los ataques
de sus enemigos, en aquella época, los paulistas
“bandeirantes” o mamelucos.
Desdichadamente se sabe poco de Santiago, después
de la expulsión de los jesuitas. El Virrey Santiago Liniers
dijo, en 1804, que entonces Santiago era
“una sombra
de lo que fue”
. En 1856 el viajero francés Martín de
Moussy señaló que, después de la “liberación” de la
comunidad dispuesta por Carlos A. López en 1848,
“la
condición de los indios vino a ser
indudablemente peor”
.
Sin embargo, durante el período de las reducciones,
Santiago fue importante: en 1550 tenía 3.968 habitantes
(después de la expulsión, el número bajó a 1.215 en
1784); tenía un “tambo” u hostería para comerciantes
huéspedes; y en el inventario del pueblo había
centenares de vestidos para la “ópera de Santiago” que
se representaba con ocasión de las fiestas patronales.
Ahora quisieramos darles una idea de las misiones
jesuíticas, tomadas fundamentalmente de la obra de
Clement J. McNaspy titulada “Una visita a las ruinas
jesuíticas”,“Historia Paraguaya” del Anuario de la
Academia Paraguaya de la Historia, edición de 1991,
“Las tierras exuberantes” de Miguel Betanzos y “En
nombre de Dios” de Patricia Sagastizábal.
Una gran amenaza contra los indios y su
evangelización vino del Brasil. Pese al Tratado de
Tordesillas, hubo un expansionismo lusitano constante,
con el mercado fácil de esclavos. Irónicamente este
movimiento salió de la región de San Pablo (Sao Paulo),
fundada como misión en 1554 por el gran misionero
jesuita, el Beato José de Anchieta. Los “paulistas” o
“bandeirantes” (también llamados “mamelucos) salían
frecuentemente en búsqueda de esclavos, y
descubrieron que las misiones españolas jesuíticas
estaban sin defensa y era una fuente fácil de esclavos.Al
menos unos 300.000 indios de Reducciones fueron
esclavizados.Así la historia de las Reducciones es en
gran parte la reacción práctica de los jesuitas contra la
amenaza constante de estos “bandeirantes”
Todas las Reducciones contaban con sus bandas,
orquestas o agrupaciones de músicos, como también de
cantores; hubo Reducciones en las que se fabricaron
instrumentos con gran perfección. La Reducción de
Nuestra Señora de los Reyes Magos, mejor conocida
por su ubicación enYapeyú, se hizo el centro musical
más importante.También fue un centro donde se
construyeron variados instrumentos musicales: órganos,
arpas, violines, trompas, cornetas, chirimías y toda clase
de instrumentos, como se puede ver en los frisos del
templo de Trinidad en Paraguay. Zípoli, fue el
compositor más importante de las Reducciones, quizás
el más importante de toda la Colonia española y
portuguesa, falleció tísico desgraciadamente.
Los domingos y otros días feriados, naturalmente,
había “Misa Mayor” con cantos e instrumentos.Todos
asistían en aquellas grandes iglesias, que podían
contener a toda la población. Frente a la iglesia en la
gran plaza, frecuentemente se organizaban festivales de
baile, música, dramas y competiciones con caballos y
juegos militares.
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Pliegos de Rebotica
´2015
Reducciones de Santa Rosa
Paulistas o bandeirantes (también llamdos mamelucos)
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