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Pliegos de Rebotica
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inimaginables, debido a las circunstancias penosas en
que vivían, compartiendo todo con los habitantes de
aquel lugar.
De todos los pueblos que han sido Reducciones,
Santa Rosa tiene un encanto especial. Fue fundada en
1698. En los muros de la Capilla de Nuestra Señora de
Loreto aún pueden observarse algunos frescos y las
más destacadas obras de imaginería religiosa jesuítica.
En el siglo pasado impresionó a un viajero francés,
Martín de Moussy, que la describe de esta manera:
“Santa Rosa está magníficamente situada sobre una
colina, adornada con una espléndida vegetación. La plaza
está rodeada por los cuatro costados de casas bajas,
pero en buen estado.Al penetrar en el templo se siente
uno sorprendido de admiración ante la riqueza y
profusa ornamentación que contiene. Pero cuanto a las
riquezas de esta iglesia, todas han desaparecido: primero
en 1810; después en la presidencia del Dr. Francia; al fin
de 1848, en el gobierno de López”.
También, su iglesia fue destruida por un incendio en
1883. La fachada del actual templo está reconstruida
con pilastras de piedra del antiguo. La monumental
torre, de piedra rojiza, se conserva y se usa actualmente
como campanario. Desde arriba hay una vista espléndida
de la ciudad, de la plaza, y aún de algunos alrededores.
Dentro de la iglesia, el retablo del altar mayor actual es
uno de los altares laterales, que se libró del incendio.
La joya de Santa Rosa es el oratorio de Nuestra
Señora de Loreto, al lado de la iglesia. En él puede verse
una parte del artesonado original y pinturas murales,
muy discretamente restauradas. El grupo escultórico de
la Anunciación puede figurar, según Bartolomé Meliá,
“entre las grandes obras del barroco hispano-
americano”.También ha sido restaurado.
En uno de los lados de la plaza existe toda una
manzana de casas de la Reducción original. Siguen
siendo habitadas, y una de ellas está dedicada a
dependencia policial.
Pero aún nos esperaba nuestro objetivo, S. Cosme y
S. Damián, majestuosa. No tanto como las misiones de
Trinidad o Jesús y María, pero para los farmacéuticos
más importante.
Como tantas Reducciones, estuvo radicada en varios
sitios. Fue fundada en el norte (en actuales tierras
brasileñas) en el año de 1632; pasó después a tierras
hoy argentinas, hasta ubicarse definitivamente en 1740
al norte del Paraná en donde se encuentra hoy, en
Paraguay.
El arquitecto Hernán Busaniche, considera a San
Cosme de “innegable valor”. Cuando la visitó hace unos
40 años, le pareció “la única Reducción que aún está en
pie del único pueblo, que conserva sus techos, aunque
en cierta parte derruidos”. Sugiere que “cerrando un
poco los ojos al desquicio y al abandono frente a San
Cosme, tenemos la impresión de estar tres siglos atrás,
en una población jesuítica de guaraníes”.
Hoy en día, a pesar de parecer menos “romántica”,
la Reducción sigue siendo interesante. Una parte del
templo pereció en un incendio; otra parte es utilizada
como iglesia, recientemente bien consolidada. Dentro
de la iglesia hay varias estatuas (de los mellizos Santos
Cosme y Damián, por supuesto, pero otras también),
que valen la pena admirar. Sin embargo, quizás más
interesantes sean las partes del “colegio” bien
conservadas.Al final de las aulas-talleres existe lo que
parecen canales para desagüe.
San Cosme y Damián fue ( así lo denominan allí) el
principal centro astronómico de América del Sur. El
Padre Buenaventura Suárez inició, desde 1703, trabajos
y estudios sobre astronomía.Ayudado por los indígenas
construyó telescopios, cuadrantes y un reloj de sol, que
aunque rudimentarios eran exactos en su
funcionamiento, realizando con ellos, trabajos de
investigación que fueron dados a conocer en Europa.
De aquel centro científico hoy sólo queda un reloj de
sol que asombra por su precisión. Cuenta con el único
colegio jesuítico, aún en pie y con una iglesia
rehabilitada para el culto y gran cantidad de imágenes.
Las columnas monolíticas poseen notable interés.
Existen también dos fuentes o pilas bautismales talladas
en piedra, arrumbadas cerca del reloj de sol.
Evidentemente, los instrumentos del P. Buenaventura
Suárez (oriundo de Santa Fe,Argentina) desaparecieron
al tiempo de la expulsión. Da nostalgia recordar aquí
que el P. Suárez tenía correspondencia con astrónomos
de varias partes del mundo.
Aún tuvimos la oportunidad, antes de regresar a
Asunción de visitar otra misión: la de Santiago, fundada
Beato Roque González
La Reduccion de Nuestra Señora de los Magos ( Yapeyú)