Revista Farmacéuticos - Nº 115 - Octubre-Diciembre 2014 - page 12

C
oncluía mi escrito
precedente, publicado en el
número anterior de esta misma
revista, afirmando que "el
Humanismo renacentista, (...),
ejemplarizó el derecho del
hombre a realizarse y avanzar
intelectualmente en su mundo
terrenal. Francesco Petrarca
(1304-1374), uno de los más
reconocidos inspiradores
pioneros del Humanismo
exclamó:
Dejad libre el camino
de la verdad y de la vida
". Una
conciencia nueva de lo que, a
partir de entonces, significaba
ser plenamente humano.
En efecto, Petrarca, a lo largo
de la segunda década del siglo
XIV se dedicó a recopilar y
reunir su valiosa colección de
manuscritos latinos. Algo más
tarde, pero en la misma centuria, Boccaccio,
copió y reunió un vasto manojo de manuscritos
clásicos. Transcurrió un siglo desde la iniciativa
petrarquista y en España vio la luz una versión
castellana de la
Eneida
(E. Villena, 1428). Dicha
muestra ofrecía un soberbio interés y
singularidad: se presentaba, antes del ecuador del
siglo XV, la primera traducción de la obra del
escritor latino, Virgilio, a una lengua vulgar, la
castellana, es decir, a una lengua moderna.
Algunos estudiosos consideran este hecho como
el primer signo documentado del Humanismo
renacentista español.
La centuria siguiente, XVI, define, en el tiempo
histórico, el Renacimiento en España y, por
consiguiente, las manifestaciones de los
humanistas hispanos, entre otros, algunos
creadores de sobresalientes obras literarias:
Garcilaso de la Vega, Fernando de Rojas,
Gutiérrez de Cetina, Antonio de Nebrija, Juan
Luís Vives, San Juan de la
Cruz, Fray Luís de León,
Benito Arias Montano,
Alfonso de Palencia, Ignacio
de Loyola, Miguel de
Cervantes, etc. Al citar estos
nombres se constata una
poderosa fuerza intelectual y
creativa del más elevado
nivel e influencia en la
España del Renacimiento.
En el decir del hispanista,
Joseph Pérez el "humanismo
español del Renacimiento es
una época deslumbrante de
la Historia de España,
marcada por los
descubrimientos y por
profundos cambios sociales,
políticos y culturales".
Antonio de Nebrija (Lebrija,
Sevilla, 1441 - Alcalá de
Henares, Madrid, 1522) es el primer humanista
que se manifiesta en España a través de su obra
emprendedora y pionera. En realidad su nombre
completo es Antonio Martínez de Cala y Jarava,
aunque ha pasado a la historia con el
universalmente conocido de Antonio de Nebrija.
Cierto es, además, que incluyó el antenombre de
Elio (Elio Antonio de Nebrija), como homenaje y
dedicatoria a los
Aelios
, relacionados con
destacados miembros de la Bética y que aparecían
en inscripciones.
El joven Nebrija estudió en Salamanca. Recibió
su bautismo humanístico renacentista antes de
cumplir los veinte años, con ocasión de su larga
estancia (unos diez años) en la ciudad de Bolonia,
donde recibió enseñanza en el Colegio de San
Clemente, gracias a la ayuda recibida por parte
del obispado de Córdoba. De vuelta a la ciudad
hispalense ayudó al arzobispo Fonseca, durante
algún tiempo, para trasladarse de nuevo a
P
de Rebotica
LIEGOS
12
Joaquín Herrera Carranza
El humanismo
renacentista en España
Antonio de Nebrija
Antonio de Nebrija impartiendo una
clase de gramática en presencia del
mecenas D. Juan de Zúñiga.
Introducciones Latinae, B.N.E., Madrid.
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