E
P
de Rebotica
LIEGOS
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stamos aquí un año más, en esta puesta de largo
que es la entrega de premios de aefla, en la casa noble de
los farmacéuticos y no quiero olvidar que nuestro objeti-
vo principal ahora es celebrar vuestros trabajos y celebra-
ros a vosotros, ganadores de los premios de este año, que
habéis sido capaces de mirar a vuestro interior sin tergi-
versar lo que veis y que obráis en consecuencia. Así que,
escritores, fotógrafos, historiadores y pintores destacados
en la convocatoria de 2012, bienvenidos a este lugar de
acogida.
Refiriéndose en concreto a su pintura por entonces
muy poco valorada, Van Gogh decía:
Intento hacer una
cosa que me consuele, que me alegre especialmente
y to-
do artista sabe que esa moneda es el verdadero pago de
su trabajo. Lo sabe el escritor y lo sabe el pintor pues cuan-
do se expresa, cuando consigue llevar al papel o al lienzo
sus tribulaciones, las suaviza. ¿Por qué es así? Seguramen-
te porque expresarse es ya compartir y cuando se compar-
te algo pesaroso, se descarga, se divide, mientras que cuan-
do se comparte una alegría se multiplica. Nos lo dicen los
psicólogos y lo experimentamos en la vida diaria. Tam-
bién en el trabajo científico bien hecho, como es el traba-
jo sobre el patrimonio histórico o el patrimonio artístico,
en una fotografía que sabe captar un momento bello o sig-
nificativo que pasa, también ahí, están las raíces de ese
consuelo.
Pero ocurre que el consuelo y la gratitud se encuen-
tran ubicados en la memoria y que todo lo que hacemos
es ya memoria o será memoria.
Sé quién soy porque recuerdo quién fui
, mi amigo Jo-
sé María Cabodevilla escribió un magnífico libro sobre es-
te asunto, la memoria. Esa presencia que lo invade todo,
que se halla en todas partes; en las cicatrices de la piel y
en los prejuicios de la mente. Cada nueva experiencia que
vivimos está ya empapada de recuerdos y cada uno de nos-
otros puede verterlos en alguno de los moldes distintos que
las formas del arte nos ofrece. Amigos, no desaproveche-
mos esa oportunidad.
Dentro del enorme castillo de la memoria cabe todo,
el rincón tan frecuentado de los espejos y una nutrida pi-
nacoteca con reproducciones de todas las épocas, mi vida
particular y la vida del género humano. En la memoria ca-
be todo, el aula D de la Complutense en la que entrába-
mos con alboroto, tan alegres, tan inconscientes, y aquel
rincón silencioso de la biblioteca donde conociste a Ana
y aquella amistad que nació tan limpia, tan espontánea.
Cabe todo lo que recuerdas, todo lo que has olvidado y
todo aquello que no sabes que recuerdas. Es una plaza pú-
blica y una habitación secreta. Así que bienvenidos a ella
queridos poetas y artistas. Podéis entrar y elegir un obje-
to del universo entero. Hoy nos conducís hasta el parque
natural del Cabo de Gata desde el diestro pincel de
Fran-
cisco Cerisola
y hasta la soledad insondable de mano de
la cámara certera de
Lorenzo Jesús Llaquet
. Les acom-
pañan en los segundos premios
Margarita Martin Poyo
con una melancólica lavandera e
Inés Palanca Sanchez
con una imagen del aeropuerto.
Sigamos con la memoria. En las bibliotecas, en los ar-
chivos y museos, también en la red, se conserva la memo-
premios
AEFLA
2012
Ceremonia de entrega de los
Premios AEFLA 2012
De izquierda a derecha: Enrique Ordieres, Luis Amaro, Bartolomé Ribas, José Félix Olalla, Margarita Arroyo y Carlos Lens.
Palabras del presidente de Aefla, J.F. Olalla