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Panorama Actual del Medicamento
NUEVOS FÁRMACOS
mente inhibiendo el tercer paso, la transferencia
de hebras de la integrasa.
Maraviroc
actúa inhibiendo el co-receptor
humano de quimiocinas CCR5, impidiendo con
ello la penetración del VIH con tropismo CCR5
(virus R5). Maraviroc carece de actividad frente
a VIH con tropismo CXCR4 (virus X4) o con tro-
pismo dual CCR5/CXCR4. Estos co-receptores
son requeridos, junto con el CD4, para facilitar
la unión de la membrana celular con la cápside
del VIH y, en consecuencia, la penetración del
contenido del virus en el citoplasma de la célula
infectada. Las cepas que infectan a monocitos y
macrófagos, que son las primeras seleccionadas
por el VIH, son R5 o monocitotropas; después el
virus evoluciona cambiando su tropismo hacia
un tropismo CXC4 (X4), que son las que infec-
tan preferentemente a los linfocitos. Normal-
mente, cuando el VIH tiene tropismo CCR5 e
infecta inicialmente a monocitos y macrófagos,
no llega a destruirlos, adquiriendo la condición
de reservorio celular de VIH. En cambio, las
cepas que infectan a los linfocitos T, utilizando
el co-receptor CXCR4, son mucho más agresi-
vas y destruyen a los linfocitos, causa última
del desarrollo clínico de la enfermedad. Mara-
viroc se une a la región proteica del co-receptor
CCR5 exterior a la membrana, provocando un
cambio estable de su conformación y hacién-
dola inasequible para las quimiocinas del VIH.
Por tanto, se trata de una forma de inhibición
alostérica no competitiva. De esta manera, el
VIH con tropismo CCR5 no es capaz de actuar
sobre tal co-receptor, impidiendo la unión del
VIH a la célula y, consecuentemente, la infec-
ción por el VIH.
El
tratamiento de la infección primaria
,
es decir, la referida al período de 4 a 7 sema-
nas de rápida replicación viral que se produce
inmediatamente tras la exposición al VIH-1, re-
sulta esencial. La cuestión de si puede abortarse
la evolución posterior del proceso mediante un
tratamiento antirretroviral enérgico en este pe-
ríodo se sigue cuestionando, pero parece existir
un cierto consenso para iniciar el tratamiento
antirretroviral cuando el recuento de linfocitos
T CD4 disminuya por debajo de 350 células/mi-
croL. En aquellos con cifras mayores, la decisión
de comenzar el tratamiento antirretroviral debe
individualizarse en función de la presencia de
patologías concomitantes, factores de riesgo de
progresión del SIDA y otras patologías, y disponi-
bilidad del tratamiento. Adicionalmente, se debe
considerar como indicativos de la necesidad de
un tratamiento inmediato la existencia de eleva-
das cargas virales plasmáticas (>100.000 copias/
ml) y un descenso rápido del recuento de células
CD4 (>100 células/microL, por año), así como
la coinfección con virus de las hepatitis B y C,
riesgo de enfermedad cardiovascular y nefropa-
tía asociada al SIDA.
También el régimen inicial debe ser individuali-
zado, especialmente en presencia de condiciones
comórbidas, pero usualmente debería incorporar
dos inhibidores nucleosídicos de la transcriptasa
inversa más otro de tipo no nucleosídico o bien
un inhibidor de la proteasa. La pérdida de efica-
cia del tratamiento debería identificarse lo antes
posible, a fin de incorporar otros fármacos hasta
conseguir reducir la carga viral por debajo de los
niveles plasmáticos detectables (<50 copias/ml
de ARN del VIH).
A pesar del arsenal disponible, un porcentaje
relevante de los pacientes infectados por el VIH
se vuelven parcial o totalmente refractarios al
primer tratamiento antirretroviral con cierta ra-
pidez. Lo peor es que la segunda línea de trata-
miento antirretroviral suele producir aún peores
resultados. Esto muestra la necesidad de desa-
rrollar nuevos fármacos y estrategias terapéuti-
cas capaces de hacer frente a este problema.
Por otro lado, aunque la mayor parte de los
agentes antirretrovirales se administran por vía
oral, muchos de ellos requieren varias adminis-
traciones diarias y la ingestión de un elevado nú-
mero de unidades (cápsulas, comprimidos, etc),
lo que dificulta el cumplimiento terapéutico por
los pacientes. De ahí, que también la mejora de
las condiciones farmacocinéticas sea un objetivo
preferente en el desarrollo de nuevos fármacos
antirretrovirales.
ACCIÓN Y MECANISMO
Rilpivirina es un agente antirretroviral de tipo
no nucleosídico, activo sobre el virus de la in-
munodeficiencia humana de tipo 1 (VIH-1),
autorizado para el tratamiento de la infección
por el virus de la inmunodeficiencia humana de
tipo 1 (VIH-1), en combinación con otros medi-
camentos antirretrovirales, en pacientes adultos
con carga viral
100.000 copias/ml que no han
recibido tratamiento antirretroviral previamente
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