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Panorama Actual del Medicamento
NUEVOS FÁRMACOS
3.
Melanoma acrolentiginoso ymucoso
. Es más
frecuente en la raza negra, apareciendo en pal­
mas, plantas, región subungueal y en mucosas.
Es una má­cula amplia, de coloración desigual y
bordes irregula­res, en cuya superficie se pueden
encontrar lesiones papulosas o tuberosas.
4.
Melanoma nodular
. Aparece como una lesión
papulosa, papulotuberosa, de tamaño variable y
de superficie habitualmente negruzca, aunque
puede ser incolora (
melanoma amelanótico
),
que puede estar erosionada o ulcerada. Es la
forma clínica de más rápi­do crecimiento y de
peor pronóstico.
En la génesis del melanoma intervienen factores
ge­néticos y adquiridos. De entre estos, la exposición
a la luz ultravioleta parece el de mayor importancia,
singu­larmente si es esporádica e intensa, aunque no
todos los melanomas están relacionados con el sol.
Aparecen más frecuentemente en fototipos I y II (se
ponen mo­renos con dificultad pero se queman fácil­
mente y se suele acompañar de ojos y pelo claros).
Antecedentes personales o familiares de melanoma o
de quemaduras solares en la niñez, número elevado
de nevos y nevos congénitos grandes se consideran
factores de riesgo.
El término
nevo
se aplica a cualquier proliferación
de células en la piel. Por tanto, puede haber nevos
sebáceos, apocrinos (de las glándulas apócrinas de la
piel), etcétera. Los más característicos son nevos me­
lanocíticos, que consisten en proliferaciones de célu­
las pigmentadas y cuyo origen no está bien aclarado.
Prácticamente todas las personas de tez clara tienen
este tipo de nevo y su número varía con la edad.
Aparece inicialmente en la unión entre la dermis y
la epidermis, para migrar luego hacia la dermis, al
tiempo que se hace más abultado. Progresivamente
van desapareciendo a la vez que aparecen otros.
Aunque no debe confundirse un nevo melanocítico
con un melanoma, ni implica un riesgo de que derive
en él, cualquier variación significativa de la forma y
coloración de uno o varios nevos conviene que sea
estudiada por un dermatólogo. 
En principio, los tumores cutáneos
in situ
pueden
ser tratados con
cirugía
o con los diversos tratamien­
tos médicos loca­les. La regresión espontánea ha sido
reportada con una incidencia menor del 1% y aproxi­
madamente el 20% de los pacientes diagnosticados
de melanoma desarrollan metástasis, los cuales tie­
nen una mediana de supervivencia de siete meses.
La terapia sistémica, como norma general, solo se
recomienda cuando los pacientes no son tributarios
de cirugía y los tumores son suficientemente invasi­
vos o están diseminados. La
dacarbazina
se utiliza
para el tratamiento del melanoma metastásico y se
considera que es el fármaco de mayor eficacia como
agente único. Las tasas de respuesta están en torno
al 20% (del que un 5% son remisiones completas),
con una mediana de duración de las respuestas de
4-6 meses. Los principales efectos secundarios son
náuseas y vómitos. Por su parte, la
temozolomida
es seme­jante a la dacarbazina, pero es capaz de atra­
vesar la barrera hematoencefálica y puede ser absor­
bida por vía oral; por ello, se utiliza preferentemente
como tratamiento de las metástatis cerebrales del
melanoma. Se pueden utilizar asimismo tratamien­
tos combina­dos diversos, asociando dacarbazina
junto con otros agentes citotóxicos, como cisplatino,
vinblastina, carmustina o tamoxifeno.
La terapia adyuvante con
interferón alfa
es un
tratamiento adicional para los pacientes con alto
riesgo de recaí­da después del tratamiento quirúrgico
del melanoma (primarios de grosor >4 mm o con en­
fermedad no­dal), habiendo demostrado aumento de
la superviven­cia libre de enfermedad. Hay que tener
en cuenta que el promedio de supervivencia del me­
lanoma en esta­dio avanzado ronda los 8 meses y que
ninguna terapia sistémica hasta ahora habría demos­
trado de manera significativa aumentar la superviven­
cia. La op­ción de la observación y el tratamiento con­
servador es razonable, sobre todo en los pacientes
asintomáticos, ancianos o con comorbilidades graves.
La interleucina 2 (IL-2) o
aldesleukina
se ha utili­
zado para el me­lanoma metastásico (aunque la indi­
cación no está autorizada en España) con respuestas
de poca dura­ción y toxicidad significativa, incluyendo
hipotensión, síndrome de fuga capilar, arritmia, difi­
cultad respira­toria, insuficiencia renal y sepsis. Su uso
está limitado a los programas especializados.
La
Agencia Europea de Medicamentos
(EMA) y
la
Food and Drug Administration
(FDA) autorizaron
recientemente dos nuevos medicamentos para el
tra­tamiento del melanoma avanzado. De un lado, el
vemurafenib
, un inhibidor de la serina/treonina pro­
teína cinasa
B-Raf
codificada por este gen, conside­
rando que, en determinados melanomas que poseen
una mutación especial (V600E, del gen
B-Raf
), que
aparece en el 50% de los pacientes con melanoma
metastási­co; fue aprobado por la EMA en diciembre
de 2011. Por otro, el
ipilimumab
, es un anticuerpo
frente al receptor CTLA-4, expresado en linfocitos T
activados y que ejer­ce un efecto inhibidor sobre los
mismos; al bloquear este efecto, ipilimumab esti­
mula de forma indirecta la respuesta inmune frente
al tumor. El ipilimumab fue autorizado por la EMA
en julio de 2011, y por la FDA de Estados Unidos en
marzo de ese mismo año.
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