E
E
n estos últimos
meses un programa
de la 2 de TVE nos
pone al día sobre la
Ciencia Forense, es decir,
sobre el análisis de pruebas físicas para vincular un
sospechoso a un crimen. La herramienta de
investigación se podría resumir en una frase: la
lógica deductiva.
El punto de partida se sitúa en el siglo XIX
cuando el Dr. Joseph Bell (1837-1911) sentó las
bases de la Ciencia Forense entonces llamada
“jurisprudencia médica”. Se trataba de observar,
no solo ver. ¿Qué ves? ¿Qué hueles? ¿Qué
escuchas?.Aprovechar los sentidos para resolver
crímenes cuando todavía la ciencia forense estaba
en pañales.
El Dr. Bell era un médico brillante y profesor
universitario que trabajaba
en un hospital de Escocia.
Sus diagnósticos se basaban
en la observación y el
razonamiento. Razonar de
atrás para adelante.
Observar para descubrir de
manera que todo tenga una
utilidad: una fragancia, un
pelo que no debería estar
ahí, una fibra que sí debería
estar donde está, todo
habla pero hay que saber
entender lo que nos dicen.
Uno de los alumnos era
Arthur Conan Doyle. Bell
influyó en él y de ahí surgió
Sherlock Holmes personaje
físicamente igual a Bell.
Ambos eran altos, flacos, de
nariz aguileña y de edad
aproximada, 39 años.
Bell impartía sus clases
magistrales en un anfiteatro donde acudían
pacientes desconocidos. Con solo mirarlos
diagnosticaba su enfermedad y ya de paso
adivinaba su origen y profesión. En una ocasión
asistió a su consulta un paciente que caminaba
haciendo eses cargando el peso de su cuerpo
hacia el lado derecho. Pidió el diagnóstico a sus
alumnos y estos no daban con la dolencia que
aquejaba al hombre. El profesor explicó:
Elemental, es un alcohólico y lleva una botella con
un litro de vino en el bolsillo derecho del abrigo.
Así de simple. “Elemental” era la palabra más
empleada por Bell.
Durante una consulta
preguntó al paciente ¿Qué tal
su paseo por el campo de
golf?. Como lo ha sabido
respondió el paciente. Porque
hoy es un día húmedo y
lluvioso y la arcilla de esa zona
se pegó a sus zapatos. Ese tipo
de arcilla solo se encuentra en
esa parte de la ciudad,
argumentó el doctor.
Incidía en la idea de que las
pruebas físicas no se equivocan,
el error está en no saber
encontrarlas, estudiarlas y
entenderlas. Las pruebas son
infalibles, los que las analizan
NO.
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Marisol Donis
Pliegos de Rebotica
´2017
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LOS BOTICARIOS
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Similitudes fisicas de Bell y Sherlock
Observar
y
razonar