once años. Si bien negó los cargos
en un principio, finalmente ha
confesado la autoría de los hechos.
Entre sus víctimas ha reconocido
haber matado también a la señorita
LizWiggins
, por cuyo homicidio fue
condenado tiempo atrás el joven
Michael Kent
”…“Es una
satisfacción para este periódico
comunicar a nuestros lectores que
Michael fue puesto ayer en libertad
sin cargos, que las autoridades han
reivindicado públicamente su
honor y conseguido el reingreso
con todos los derechos en la
plantilla de funcionarios de la Universidad. Nos
congratulamos de que se haya hecho justicia con un
hombre honesto…”.
Recorte nº 4.- “Se palpa la angustia en las calles de
Paisley
por la muerte repentina en las últimas semanas
de seis personas en circunstancias extrañas. Existen
algunas similitudes entre ellas: todas fallecieron
cuando leían libros científicos con una hoja
intermedia en blanco, no siempre en el mismo
número de página.También murieron a la misma
hora, sobre las tres de la tarde…”.
Recorte nº 5.- “La investigación sobre el ‘Síncope del
lector’, como se conoce la causa de la muerte de seis
ciudadanos, ha culminado con la detención primero y
la confesión después del responsable de la Biblioteca
de la Facultad de Ciencias,
Michael Kent
, en sus
primeros tiempos ayudante de laboratorio. Hace
doce años se le condenó equivocadamente por el
asesinato de la señorita
LizWiggins
, como recordarán
nuestros lectores, y fue liberado tras cumplir parte de
la condena al quedar demostrada su inocencia”...“El
ahora librero ha declarado al juez que no se
arrepiente, que su objetivo era acabar con el mayor
número de habitantes de un pueblo que arruinó la
vida de un inocente: más de una década entre rejas,
un tiempo que jamás recuperará”...“Interrogado por
el método utilizado para cumplir su venganza, detalló
que impregnaba las hojas de papel en una disolución
de esporas que sabía letal, aprovechando su facilidad
de acceso al laboratorio de Botánica. Hojas que
después introducía artesanal pero subrepticiamente
entre las de los libros en venta. ¿Su objetivo?, que la
postrera visión de las víctimas antes de morir fuera la
de un papel del mismo color que el
que tuvo desde siempre su
conciencia“ ...“Para la resolución
con éxito del caso fue definitiva la
colaboración con
ScotlandYard
del
prestigioso detective londinense
Sherlock Holmes
”.
Recorte nº 6.- “La Ilustre Sociedad
Británica de Ciencias Naturales se
complace en hacer público su último
hallazgo: una nueva especie de
hongo microscópico,
bautizado como
Cortinarius
muscaria
, con características
tan singulares que no
dudamos en otorgarle el
calificativo de joya botánica.
Aunque su hábitat natural es
el agua, las esporas
encapsuladas pueden
sobrevivir durante meses en
medio seco. Se reproducen
por ciclos exactos de
veinticuatro horas, y en
Escocia coincide la lisis de las
células viejas y la formación de
las nuevas con las tres de la tarde, lo
que pone de relieve que pertenece a una de las
familias botánicas de ritmo reproductivo fijado por la
rotación terrestre. O, lo que es lo mismo, por la
composición de las radiaciones solares en cada zona
geográfica, específicas de su latitud y longitud.
Lo más espectacular (y peligroso) es que, durante la
muerte/nacimiento de las esporas bajo la catálisis de
la luz solar, se libera un subproducto metabólico que
combinado con el oxígeno del aire genera la emisión
de un gas derivado del fosgeno, capaz de provocar la
muerte por colapso respiratorio en pocos segundos”.
Aquí vienen, tan puntuales como siempre, el doctor
Watson
y su bandeja con el bendito polvo blanco, la
ampolla con agua destilada y la jeringuilla. Debo
acabar por hoy con mi diario. Es la hora de soñar».
A través de la ventana se entreveían los primeros
claroscuros del atardecer adueñándose del cielo de
Crowborough
. Sobrepuesta al chisporroteo, la voz de
Violeta entonaba desde el gramófono la confesión
apasionada de su amor por Alfredo, preludio del
trágico final. Sobrio y silencioso, Sir
Arthur Conan
Doyle
dejó el diván y fue a instalarse en su rincón
de escritura. Bajo la templada luminosidad de una
lamparilla, desenfundó con parsimonia su
Watermann
y se dispuso a violar la blancura virginal
de un folio con su caligrafía de escolar, no sin antes
atusarse el mostacho, por enésima vez, con la
misma delicadeza con que acariciaría la cabeza
pelona de un bebé.
Y escribió…
«
Sherlock Holmes
y el Misterio
de las Páginas Asesinas
(
De las Memorias del Sr. John H.
Watson, doctor en medicina, que
perteneció al cuerpo de médicos del
Ejército de Su Majestad Británica
).
Capítulo Primero.- Aquella
mañana
Holmes
no tenía ningún
caso a la vista que…»
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Pliegos de Rebotica
´2015
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