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Pliegos de Rebotica
´2015
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A
A
ntes de acomodarse en su gabinete de
oftalmólogo encajó el disco metálico de
«La Traviata» sobre el plato del
gramófono, le dio cuerda y depositó
con mimo la púa. Luego, con su
corpachón recostado en el diván de orejas y los
anteojos bien sujetos en la nariz helénica, se atusó
el mostacho mientras comprobaba la hora en su
reloj, cruzado sobre el chaleco por una gruesa
leontina de plata. Eran las diecisiete treinta y cuatro.
De la carpeta atada con balduques que mantenía en
el regazo extrajo un primer folio, algo amarillento.
Comenzó a leer en el mismo instante en que desde
el altavoz llegaron las primeras notas de una
melancólica obertura.
«Diario de guerra de un violinista, por
Sherlock
Holmes
.
14 de octubre de 1904
Ningún caso a la vista que motive mi intelecto. Esta
mañana me entretengo con mis notas memorísticas
y el álbum con la colección de recortes de
periódico. Me gusta releer noticias pasadas en las
que tuve algo que ver, siempre encuentro detalles
que me resultan novedosos. Un
whisky
con agua y
una buena pipa constituyen sin duda una excelente
compañía.Tropiezo con un suceso muy interesante,
bastante antiguo, del que decido entresacar y
transcribir algunos recortes relativos al caso que en
su momento recopilé. He aquí un resumen
condensado de los mismos.
Recorte nº 1.- “El municipio de
Paisley
vive
consternado y furioso por el vil asesinato cometido
ayer tarde en la oscuridad de la calle
Half Moon
.
Pocas veces se había dado en la historia del crimen
uno con tanto ensañamiento. La señorita
LizWiggins
,
una mísera trabajadora de dieciocho años, cayó
cosida a cuchilladas cuando regresaba de su jornada
como doncella en la mansión de los Underwood.
El asesinato, a sangre fría, fue presenciado desde
la ventana de su domicilio por un testigo que
pudo distinguir al autor. Un grupo de vecinos se
organizó con rapidez para correr en
su búsqueda.Tras acorralarle, se le
inmovilizó a un par de manzanas
del lugar de autos. Identificado
sin vacilaciones por el testigo, se
ha sabido que se trata del joven
Michael Kent
, ayudante del laboratorio de la
Facultad de Ciencias. En el momento de ser
reducido, el tal
Kent
llevaba los pantalones
manchados de sangre, un corte en la mano
izquierda, producto sin duda del forcejeo con la
desdichada víctima, y escondía en un saco la bata
de trabajo con un bisturí en el bolsillo.
Embargados por la lógica indignación, la gente de
bien procedió de forma tan espontánea como
comprensible al linchamiento del asesino, y sólo
la rápida intervención de
Scotland Yard
evitó que
fuera ahorcado allí mismo en una farola”.
Recorte nº 2.- “Celebrado el juicio contra el
presunto autor de la muerte de la joven
LizWiggins
,
el veredicto del juez
Garrideb
ha sido el de culpable
de homicidio en primer grado. Por suerte para el
criminal se le ha conmutado la pena de muerte
solicitada por el fiscal (y por el pueblo entero, si
nos atenemos a los cientos de cartas a favor de su
ejecución), por la de cadena perpetua, según el
artículo 35 del Código Penal que contempla como
atenuante el ser menor de edad. No le han servido
de nada a Michael sus mentiras sobre que la herida
en la mano y las manchas de sangre se las hizo por
descuido con el bisturí (según él, olvidado después
en el bolsillo de una bata que se llevó para lavar) al
diseccionar animales de experimentación para el
laboratorio de Zoología...”.
Recorte nº 3.- “…y después de complicadas
pesquisas ha sido detenido por
ScotlandYard Peter
Presbury
como presunto responsable de la muerte
de trece muchachas de
Paisley
durante los últimos
Rafael Borrás
Sir Arthur Conan Doyle
Diario de guerra
de un violinista
