Revista Farmacéuticos - Nº 117 - Abril-Junio 2014 - page 32

de partículas, en la que ambas
características –aparentemente
contrapuestas– confluyen de forma
natural en un mismo objeto.
Frecuentemente se
menciona a la duda como
antítesis de la fe
religiosa o de las
convicciones
políticas cuando,
en realidad, la
duda constituye
un elemento
esencial en
ambas. Sin crítica
no hay
racionalidad y, en
consecuencia,
tampoco hay
sentimiento, en la
medida que inteligencia y sensibilidad son
aspectos inseparables e indistinguibles de la
realidad humana.Y sin ellos no hay creencias
firmes, tan solo superstición. El hecho de creer,
en última instancia, viene definido por la
capacidad afrontar las dudas, no por dejar a
éstas de lado ni por ocultarlas tras un mito o un
ideario preestablecido.
Muchas personas, religiosas o no, tienden a
identificar los términos de religiosidad y de
fundamentalismo. En realidad, éste tiene más que
ver con la manera de defender y justificar las
convicciones que con el propio contenido de
éstas. El fundamentalista no acepta las ideas,
simplemente se adueña de su formulación
literal, para establecerla como máxima intocable
e irrebatible. Es la formulación de la idea, su
exterioridad, lo que se convierte en objeto de
veneración, no el propio contenido de la idea. El
fundamentalista no es una persona espiritual ni
intelectual, precisamente porque no acepta la
duda.
El auténtico enemigo de la fe es el miedo, no la
duda; de hecho, la duda es más útil para reforzar
la libertad y la fe, que una certeza verificable
que nos somete a una voluntad externa: la duda
hace cómplice de la fe.
La duda no es lo opuesto
de la fe, sino una parte de ésta
, decía Paul Tillich
5
.
El papa emérito Joseph Ratzinger apunta en la
misma línea:
el creyente solo puede realizar su fe
en el océano de la nada, de la impugnación y de lo
problemático; el océano de la inseguridad es el
único lugar donde puede recibir su fe; aún más,
considera que es ley fundamental del destino
humano encontrar lo decisivo de su existencia en la
perfecta rivalidad entre la
duda y la fe, entre la
impugnación y la
certidumbre. La
duda impide que
ambos se
encierren en sí
mismos y tiende al
mismo tiempo un
puente que los
comunica.
No obstante, es justo
reconocer que la duda es en
ocasiones tan amarga que
envenena el espíritu. Tal vez fuera
la muerte de su adorada hija Annie
la que llevó a Charles Darwin a
afirmar el carácter amoral de la
naturaleza y a experimentar la
dificultad de creer que un Dios bondadoso
pudiera crear un mundo tan lleno de
sufrimiento
6
. Estoy convencido que su inmenso
dolor de padre –y su comprensible frustración–
influyó más en la pérdida de su fe religiosa que
el concepto de evolución de la naturaleza y de
la vida que él ayudó decisivamente a consolidar
con sus magníficos estudios.
Decíamos antes que el verdadero enemigo de la fe
no es la duda, sino el miedo. De igual manera,
podemos decir que el adversario más peligroso de la
duda –como forma de inteligencia– no es la fe
religiosa, al menos entendida ésta como una
reflexión madura sobre la trascendencia humana.
Poner a la duda como antítesis de la religión es una
forma poco elegante de zanjar una discusión en la
que –esta vez sí– se tiene miedo de entrar. Dice
Fernando Savater
7
en este sentido que
se trata de
apostar por la duda y el tanteo, no por las creencias que
dispensan de seguir pensando
. Por mi parte,
considero que la duda es el terreno natural de la
creencia y reconozco que no me gustan las actitudes
de aquellos que reelaboran a su medida los
argumentos de los demás.Todos sabemos que no
hay enemigo más abatible que aquel que cada uno
crea a su conveniencia. En esto, el dogmatismo –sea
religioso o ateo– muestra su lado más tramposo.
Las dudas son personales, no podemos
importarlas o exportarlas, aunque podamos
compartirlas con otros; las dudas que tenemos
cada uno las tenemos que enfrentar
individualmente; como decía Kierkegaard
8
, en el
mundo del espíritu es válido el proverbio de
solo quien trabaja come: solo quien conoció la
angustia reposa; solo quien desciende a los
infiernos salva a la persona amada.
32
Pliegos de Reboticca
´2014
LA REALIDAD BAJO LA ALFOMBRA
5 Paul Tillich.
La dinámica de la fe.
6 Laura Bossi.
Historia natural del alma.
7 Fernando Savater.
La vida eterna.
8 Soren Kierkegaard.
Temor y temblor.
1...,22,23,24,25,26,27,28,29,30,31 33,34,35,36,37,38,39,40,41,42,...52
Powered by FlippingBook