L
a piel en todas sus
manifestaciones, sana o
enferma, florece en la
literatura como en un
terreno fértil. Una de las
referencias que con mayor
belleza literaria la define
es la de Thomas Mann
(1875-1955) en
La
montaña mágica
, cuando a
la pregunta de ¿qué es la
piel? uno de sus
personajes responde:
-Así pues, ¿la piel? ¿Qué quiere usted que le
cuente de esa superficie de sus sentidos? Es un
cerebro externo, ¿lo comprende? …Un cerebro
externo…
Con la misma intensidad, el cabello aparece en
los textos escritos para ser alabado y admirado,
tal como se expresa en el sugerente "Oriental" del
romántico José de Zorrilla (1817-1893) que dice:
¡Oh que hermosa nazarena
para un harén oriental,
suelta la negra melena
sobre el cuello de cristal!
También la calvicie común o alopecia
androgenética que padecen el 50 % de los
varones de 50 años, es una de las alteraciones
cutáneas –aunque para algunos es una forma
digna de envejecer– que se refleja a menudo en la
literatura. Escribe a este respecto Francisco
Umbral (1932-2007) en su obra
Mortal y rosa
:
Mi rostro en el espejo. El pelo deshecho. El
tiempo subió sus hilos a tu pelo, dice el poeta.
Canas, hilvanes blancos por donde nos vamos
deshilvanando,
deshilachando, y se ve lo
mal hechos que estábamos,
lo de prisa que nos cosieron
las costureras. El pelo se
irá, se cae, poco o mucho,
pero se cae.
Son muchos los chistes,
chirigotas y bromas de que
han sido objeto los
afectados por la alopecia.
Un breve reflejo de este
significado humorístico de
la calvicie, es el poema de
Salvador de Madariaga
(1886-1978) recogido en su
libro “Dios y los
españoles”, que dice así:
San Pedro, como era calvo
le picaban los mosquitos,
y su madre le decía,
Ponte el gorro, Periquito.
Con más ironía habla de la calvicie Francisco de
Quevedo y Villegas (1580-1645) en algunos de
sus 100 versos titulados
Varios linajes de calvas
:
Madres, las que tenéis hijas
ansí Dios os de ventura,
que no se las deis a calvos,
sino a gente de pelusa.
Escarmentad en mi todas;
que me casaron a zurdas
con un capón de cabeza,
desbarbado hasta la nuca.
... Si a los hombre los queremos
para pelarlos acá
y pelados vienen ya,
si no hay que pelar, ¿que haremos?
Y de la preocupación de algunos hombres que
precozmente pierden su cabello es muestra este
poema de la poeta y dermatóloga contemporánea
Aurora Guerra, titulado
Mi poco pelo
:
Me miro en el espejo, y ahí está:
mi cabello, conspicuo y altanero,
P
de Rebotica
LIEGOS
8
Uno de los carteles anunciadores de la obra del
teatro del absurdo “La cantante calva” de
Eugene Ionesco (1912 -1994).
Aurora Guerra
La alopecia
en la literatura