FARMACÉUTICOS N.º 421 -
Noviembre
2016
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a partir de los 60 años. Muchos de ellos
están sin diagnosticar.
En definitiva, las medidas prác-
ticas más eficientes para la preven-
ción del ictus consisten en controlar
la hipertensión, la diabetes, la obesi-
dad y los niveles lipídicos, para lo cual
el farmacéutico puede prestar, espe-
cialmente en el ámbito ambulatorio,
un servicio personalizado en la detec-
ción y remisión a los servicios médicos
correspondientes para su control. El
abandono del tabaquismo y la modera-
ción en el consumo de bebidas alcohó-
licas o su abstinencia completa cuando
coexistan varios factores de riesgo son
también medidas que deben
ser informadas y facilitadas
desde la farmacia, insistiendo
en la importancia de realizar
actividad física moderada de
forma frecuente y llevar una
alimentación sana y variada,
en la que la dieta mediterránea
es un modelo idóneo, contro-
lando el exceso de peso. Ade-
más de la atención especial a
las medidas antes menciona-
das, es muy importante infor-
mar sobre los riesgos asocia-
dos a la apnea/hipopnea del
sueño y al consumo de dro-
gas. Desde el punto de vista
farmacológico, es importan-
te informar sobre las formu-
laciones de anticonceptivos
hormonales con altas dosis de
estrógenos, especialmente en
el caso de mujeres fumado-
ras y con antecedentes o fac-
tores trombóticos. No menos
importante que las medidas de
prevención primaria es facili-
tar el conocimiento sobre cuá-
les son los síntomas y signos
que sugieren que se ha inicia-
do un ictus, con el fin de que
el propio paciente pueda acu-
dir cuando antes a un hospi-
tal para obtener el tratamiento
de forma lo más precoz posi-
ble, lo cual es determinante en cuanto
a los resultados de la intervención. En
este sentido, conviene que desde la far-
macia se informe sobre cuáles son tales
síntomas de alarma:
• Pérdida repentina o rápidamente
evolutiva de la tensión muscular de la
cara (la caída de los labios de un lado la
boca es característica), de un brazo o de
una pierna de un lado del cuerpo.
• Alteración de la sensibilidad (en
forma de acorchamiento u hormigueo)
en esas mismas localizaciones.
• Modificación de la capacidad de
hablar, con dificultad para articular
palabras o pronunciar las que el pacien-
te quiere (las piensa pero no puede arti-
cularlas).
E
l farmacéutico
asistencial, tanto a
nivel hospitalario como
comunitario, tiene un
papel muy relevante
en la prevención
primaria y secundaria
de los principales
factores de riesgo, en la
detección de síntomas
sugerentes de un ictus
y en el seguimiento
farmacoterapéutico de
los pacientes que lo han
padecido