FARMACÉUTICOS N.º 382 -
Marzo
2013
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Las picaduras provocadas por ciertos insectos
y otros artrópodos son un problema importan-
te, tanto por su frecuencia como por las com-
plicaciones asociadas; sin embargo, frecuente-
mente es minusvalorado. La gravedad del cuadro clínico
depende de la naturaleza del artrópodo (y, por tanto, de
la sustancia inoculada), del grado de sensibilización del
paciente a los antígenos específicos, de la localización
de la picadura, de la aparición de infecciones secundarias
que podría transmitir el artrópodo y, con frecuencia, del
tratamiento insuficiente o inadecuado.
En cualquier caso, las manifestaciones más comunes
son la inflamación local (dermatitis) y el picor. Este últi-
mo es una sensación subjetiva, un síntoma, que incita
a rascar o frotar la piel afectada, lo que puede compli-
car la reacción inflamatoria (el rascado produce la libe-
ración local de prostaglandinas, con un potente efecto
proinflamatorio).
Aunque popularmente se incluye dentro de los insec-
tos a cualquier animal más o menos pequeño con patas
articuladas y esqueleto exterior, en realidad la clasifica-
ción es a la inversa: los
artrópodos
incluyen a los
insec-
tos
(hexápodos, artrópodos con seis patas).
Dentro de los insectos, los más habitualmente impli-
cados en picaduras a los seres humanos son los hime-
nópteros (abejas, avispas, etc.) y los dípteros (mosqui-
tos, tábanos, etc.). Juntos a los insectos, otros artrópodos
causantes de picaduras en humanos son los
miriápodos
(escolopendra) y los
arácnidos
(garrapata, arañas, escor-
piones, etc.).
Básicamente, las reacciones pueden ser locales o gene-
rales (sistémicas). Las
reacciones locales
se manifies-
tan en el lugar de la picadura, generalmente en forma de
pápulas eritematosas que se acompañan de picor y dolor;
la mayoría son leves. En ocasiones, la reacción cutánea
puede ser extensa (pueden llegar a medir más de 10 cm
de diámetro y suelen tardan de 5 a 10 días en resolver-
se), debido a una cierta sensibilidad del paciente; afortu-
nadamente, son casi siempre autolimitadas y pocas veces
crean problemas graves. En las personas que han teni-
do una reacción local extensa a una picadura es frecuen-
te que vuelvan a reaccionar de la misma manera y hasta el
10% podría tener una reacción sistémica.
Por su parte, las
reacciones generales
o
sistémicas
pueden ser alérgicas, tóxicas o tardías. Las
alérgicas
pueden producirse a cualquier edad y son más frecuen-
tes en personas atópicas; están mediadas por anticuer-
pos IgE y suelen producirse a los pocos minutos de la
picadura. Cursan con un cuadro generalizado de urtica-
ria y puede haber síntomas respiratorios (disnea y sibi-
lancias) y cardiovasculares (palpitaciones, hipotensión y
shock), que agravan el pronóstico. Una sola picadura es
suficiente para producir reacciones graves.
Por su parte, las
reacciones tóxicas
se producen como
consecuencia de múltiples picaduras y suelen cursar
con náuseas, vómitos, diarrea, fiebre, cefalea y vérti-
go. Puede haber hipotensión, síncope y convulsiones.
Son más graves en niños. Finalmente, las
reacciones
tardías
aparecen días o semanas después de la pica-
dura y son muy poco frecuentes. Los síntomas pue-
den incluir vasculitis, enfermedad del suero (urticaria,
artralgias, fiebre, astenia y adenopatías) y alteraciones
de la coagulación. También puede haber nefritis, neu-
ritis y encefalitis.
Concepto
Asesoramiento Farmacéutico
Picaduras de insectos
y otros artrópodos