Revista Farmacéuticos - Nº 136 - Enero-Marzo 2019 - page 45

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José Félix Olalla
Pliegos de Rebotica
2019
LIBROS
Rafael Soler
Elángel Editor Quito (Ecuador) 2018 159 páginas
N
o digas que
no te acompaña nadie en este
viaje
. No digas tampoco que tu obra es
inútil y solo tuya, que vivir es decidir y
que el error es tu grandeza. Quien escribe
parece desamparado. Nos da sus historias una
detrás de otra. Contienen un resquicio de
amargura, de soledad airada que en el fondo
busca compartir.
Rafael Soler es autor de cuatro novelas y dos
libros de relatos. Con un estilo propio y original
ha publicado también cinco libros de poesía, uno
de los cuales encontró la ocasión de verse
reflejado en estas páginas (Ácido almíbar, Pliegos
número 118).
Leer después de quemar
es una
antología del conjunto de su obra poética que
nos da la talla de su escritura.
El lenguaje está ahí y a la lingüística le
corresponde simplemente estudiarlo. La
semiótica se entenderá con sus símbolos y la
poesía utilizará sus esquemas para cualquier
creación. Debajo de este sustrato, debajo de las
palabras y de las imágenes hay unos supuestos
que el lector comprende y que le permiten
interpretar el poema según su propia
experiencia. Unas asociaciones expresivas las
pone el poeta pero otras las debe incorporar el
lector para que sea posible una verdadera
comunicación. Ocurre que el tiempo ha ido
depositando su carga en el lenguaje y lo ha
conducido hacia la historicidad.
Los relatos, entonces, pueden quedar
inacabados, apenas esbozarse. El poeta tiene
permiso para la fragmentación. Lo que se le pide
es alguna forma de emoción y, si se me apura, de
belleza. Se le pide además que utilice la fantasía.
La antología está estructurada en seis partes,
enlazadas a su modo de manera temática. Los
títulos abren el espejo de cada poema. Son
provocativos y se siguen por estrofas cortas que
renuncian a la ostentación de las mayúsculas y a
los signos de puntuación.
El amor y el abandono, la vida y la muerte, el
misterio y la escritura. Todavía queda algún
vestigio de las lecturas juveniles.Ya se sabe que
los tres mosqueteros eran cuatro pero aquí son
cinco y un tigre adelanta su lengua Salgari en el
desván. Pero no habrá tregua.
Nadie dijo que esto
iba a ser fácil
y la violencia y la perdición se
asoman a las composiciones. ¿Experiencia? La
poesía es fruto de la experiencia en el sentido
de que solo a partir de ella se puede fabular. El
poeta es un fingidor.
Así que Rafael Soler busca relatar desde una
pluma subjetiva, acercarse a las historias
cotidianas, zarandear el misterio.
Promete faltar a
sus promesas
, gustar de las paradojas y de las
ideas antitéticas. Sugiere que no dejará en nada
huella y entonces graba a cuchillo esa misma
frase sobre la piedra. Llegado el turno de ruegos
y preguntas, es capaz de incorporar el lenguaje
del conflicto entre los amantes:
Ropero bidón y
gasolina para pasar a fuego nuestras vidas.
Y ya, con
el principio del fin es amarillo
hay una
forma de mirar a la muerte desde fuera, para
que no nos haga tanto daño. El poeta nos
sorprende en los ritos de despedida: la autopsia,
el tanatorio, la capilla ardiente. El muerto ajeno,
el que a todos convoca inoportuno y nos obliga
a meditar, también a considerar la hermandad de
todos los hombres.
No te acompaña nadie en este viaje
. Pienso en las
mil formas de compañía que ensayamos. Pienso
en los actos fallidos, en la atención que
debíamos al prójimo y no fuimos capaces de
ofrecer. Leo cosas que no sabía de mí y que me
cuentan. Cierro después el libro. No lo quemo.
Leer
después de quemar
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