FARMACÉUTICOS N.º 399 -
Octubre
2014
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Valoración por parte del farmacéutico
La infestación de piojos de la cabeza se
diagnostica definitivamente mediante la búsqueda de al menos un
piojo vivo en la inspección visual. La visualización se puede mejo-
rar mediante el uso de una luz brillante, una lente de aumento y pei-
nando el cabello con una
lendrera
(peine de dientes muy finos) y el
examen posterior de la misma. Los piojos se encuentran comúnmen-
te detrás de las orejas y en la parte posterior del cuello.
Debe tenerse presente que el diagnóstico no médico es frecuen-
temente erróneo. Encontrar sólo liendres (huevos de piojos que
pueden o no ser viables) en el examen no es suficiente para indi-
car la infestación actual. El diagnóstico requiere la observación de
los piojos vivos. Además, las liendres se pueden confundir con la
caspa, residuos de lacas o de otros productos para el cabello, o par-
tículas de suciedad. Las liendres pueden permanecer en el cabe-
llo durante meses, incluso después de un tratamiento exitoso. Por
todas estas razones, las campañas consistentes sólo en la detección
de liendres en guarderías o en colegios no son recomendables, ya
que pueden dar lugar a la una innecesaria pérdida de escolaridad.
Cuando los piojos se encuentran en uno de los miembros de la
familia, toda la familia debe ser examinada y tratada si los piojos
vivos se encuentran en la cabeza. La transmisión de los piojos a tra-
vés de material contaminado es controvertida, aunque se han encon-
trado piojos en la ropa, las toallas y sábanas. Por ello, se aconseja
lavar dichas prendas en agua de por lo menos 50 °C, lo que asegura
la erradicación efectiva de los piojos. El empleo de aerosoles, los tra-
tamientos de alfombras y otras medidas químicas de descontamina-
ción ambiental no son necesarios y pueden ser incluso perjudiciales.
Los
piojos del cuerpo
se deben sospechar en pacientes con pru-
rito que viven en condiciones de hacinamiento y falta de higiene.
El diagnóstico se confirma mediante la identificación de los piojos
del cuerpo en las costuras de la ropa.
La infestación de
piojos del pubis
se diagnostica mediante la
búsqueda de los piojos en el pelo púbico. La detección de piojos
en la zona púbica aconseja una investigación médica en profundi-
dad, ante el riesgo de que pudiera haberse producido un contagio
de otras enfermedades de transmisión sexual, como la gonorrea, la
sífilis o infecciones virales por VIH, hepatitis B o C, etc.
En general, los pediculicidas sólo deben ser utilizados cuando la
infestación haya sido constatada, debiendo realizarse el tratamiento
a la persona afectada, así como a los familiares que convivan directa-
mente. La constatación de la existencia de una pediculosis sólo puede
hacerse por la inspección minuciosa del cabello, en busca fundamen-
talmente de los huevos o liendres, sobre todo en la zona de la nuca y
en la parte posterior de las orejas. En cualquier caso, no es convenien-
te realizar tratamientos preventivos de forma indiscriminada, debido
a los efectos secundarios que pueden llegar a producir los diferentes
pediculicidas y a la posible aparición de resistencias a los mismos.
La mejor forma de prevenir la infestación es el lavado frecuen-
te del cabello con champú normal, limpieza frecuente de utensi-
lios (peines, cepillos, etc.) procurando no compartirlos y sobre
todo revisar con frecuencia el cabello para instaurar el tratamien-
to con la mayor precocidad posible.
El peinado en húmedo implica humedecer el cabello con algún
acondicionador, sin enjuague y peinando sistemáticamente el cabe-
llo desde la raíz hasta la punta con una lendrera. El peinado húme-
do para tratar la pediculosis no tiene efectos adversos y a menudo
es preferido cuando se desea evitar el empleo de medicamentos o
de productos químicos; sin embargo, puede llevar mucho tiempo,
dependiendo de la longitud del cabello y de su grosor. Debe pei-
narse el cabello cada 3 días durante 2 semanas. Las tasas de erradi-
cación en estas condiciones varían considerablemente (del 50% al
75%), pero se pueden mejorar aumentando la duración del proce-
dimiento a 3 semanas.
El empleo de aire caliente para matar los piojos mediante la
desecación se ha investigado, aunque con resultados irregulares.
Otras opciones consisten en productos
obturadores
(bálsamos,
etc.), algunos de los cuales han sido asociados con tasas de erradi-
cación elevadas, aunque no siempre los estudios fueron metodoló-
gicamente rigurosos; el protocolo supone la aplicación del produc-
to para el cuero cabelludo, esperar 2 minutos y después de peinar
todo, secando el pelo con un secador y esperando un mínimo de
8 horas antes del lavado con un champú común.
En el caso de los productos a base de agentes antiparasitarios,
debe tenerse presente que, al menos tan importante como seleccio-
nar un principio activo adecuado, es hacer lo propio con la forma
farmacéutica idónea para cada caso. Debe recordarse que las locio-
nes hidroalcohólicas pueden provocar escozor si existen lesiones
por rascado o dermatosis; tampoco son muy aconsejables en niños
muy pequeños. Asimismo, este tipo de preparaciones deberían ser
evitadas por los pacientes asmáticos, ya que podrían desencadenar
en individuos susceptibles crisis asmáticas. En estos pacientes son
preferibles las soluciones acuosas o los champús.
El cabello no debe ser lavado antes de la aplicación de la
loción
,
ya que la grasa facilita la fijación del principio activo. El uso de