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Pliegos de Rebotica
´2016
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PLIEGO DEL PRESIDENTE
Raúl Guerra Garrido
E
E
s un juego pero, como todo juego para adultos digno de tal nombre, es
tan divertido como simbólico. Me gusta repetirlo porque el hombre,
aunque no pueda bañarse dos veces en el mismo río, si puede tropezar
dos y más veces en la misma piedra. Es piedra de toque y requiere
sinceridad. El dilema que planteó Mefistófeles al Doctor Fausto de hecho
se nos plantea ocasionalmente de forma similar en la vida ordinaria, el elegir entre
las posibles utilidades futuras y la ganancia inmediata, pero esta versión
mefistofélica es una vuelta de tuerca radical en la mismidad más profunda de
nuestro afán creativo.
Los dilemas suelen ser capciosos (el del prisionero o antes morir que perder la
vida, por ejemplo), pero esta variante sobre la creatividad es un auténtico tener o
no tener, y de tener un auténtico ser o no ser, puesto que ambas opciones
premian y ninguna castiga, a no ser que se considere castigo el no obtener los dos
premios simultáneamente o excesivo el precio del boleto. Es un juego y suele ser
un sueño, helo aquí.
Te lo ofrece Mefistófeles a cambio de tu alma. O conseguir la obra cumbre de la
literatura universal de todos los tiempos ahora, ya, con esta última palabra que
estás escribiendo, y no volver a garrapatear ninguna más en tu vida, no poder
hacerlo por más que lo intentes, pero ya con un título en la mano que deja en
mantillas a
Cien años de soledad
. O seguir
intentándolo y fracaso tras fracaso, bueno, quizá
con algún éxito relativo, seguir escribiendo con la
misma ilusión, esperanza y tortura con que
pergeñaste tu primer bodrio y así hasta expirar
empuñando esa pluma de pavo real con que
emborronas folios.
El dilema, según para quién, no ofrece ninguna
duda. La única sorpresa, si sueñas en blanco y
negro, es que se distingue el color rojo de la capa
de Mefistófeles. No crees en sus palabras, es un
farsante, pero por si acaso de entre las dos
opciones eliges. ¿Cuál eliges? Picasso y Rulfo no
eligieron la misma aunque pensaban lo mismo de
su alma inmortal. ¿Qué hubiesen respondido los
jóvenes beats airados? Vitalistas y suicidas
intentaban ser sublimes sin pausa y de ser posible sublimar artísticamente su
neurosis, fantasía o desgracia con o sin ayuda. ¿Cuántos bourbons se necesitan
para llegar a escribir como Faulkner? Para un escéptico irremediable la pregunta
hubiera sido otra, ¿mejor que escribir no sería haber escrito? Muchas preguntas, o
sea dudas, para una sola opción.
Querido asociado, colega o lector ocasional, envía a la revista tu razonada/sincera
elección y en el próximo número comentaremos las que se produzcan.Y
recuerda, es un juego, un sueño, simbólicos como lo son todos los juegos y sueños
para adultos.
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El dilema de
Mefistófeles