Revista Farmacéuticos - Nº 119 - Octubre-Diciembre 2014 - page 5

O
O
rtega, en su libro
La Rebelión
de las Masas
, escrito en 1929,
decía: “el hombre-masa es el
que no actúa por sí mismo”
… “El hombre-masa tenderá a
exigir que cualquier necesidad la asuma
inmediatamente el Estado, y que el Estado se
encargue directamente de resolver sus
problemas con sus gigantescos e
incontrolables recursos”
“el hombre-masa es un satisfecho de sí
mismo, de su vulgaridad, de la que no siente
vergüenza. Esa dureza de caparazón con la
que vive indolentemente, oculta un vicio
interior que le hace indiferente a lo que le
rodea y, en consecuencia, deja en manos del
Estado toda capacidad de desarrollo político
de la sociedad”
Delante de una sola persona podemos saber
si es masa o no. Masa es todo aquel que no
se valora a sí mismo –en bien o en mal– por
razones especiales, sino que se siente “como
todo el mundo”, y, sin embargo, no se
angustia, se siente a salvo al saberse idéntico
a los demás.
El hombre integrante de la masa se cree que
con lo que sabe ya tiene más que suficiente
y no tiene la más mínima curiosidad por
saber más. El hombre-masa es el hombre
cuya vida carece de proyectos y va a la
deriva. Por eso no construye nada, aunque
sus posibilidades, sus poderes, sean enormes.
Esta actitud, que anticipaba Ortega hace 84
años, se ha desarrollado y hecho si cabe mas
evidente en los últimos treinta años. El
hombre-masa impera hoy en nuestras
sociedades europeas y, especialmente en
España.
Ante esta actitud, el Estado ha ido
extendiéndose a los largo y ancho de la
sociedad civil, invadiendo todos los campos
mediante fundaciones y empresas públicas,
cuando no actuando directamente a través
de los organismos de las administraciones
públicas. Generando nepotismo, corrupción
y despilfarro. Además ha ido ordenando y
disciplinando el comportamiento de los
ciudadanos hasta aspectos increíbles,
cercenando su capacidad de decisión,
limitando sus responsabilidades y ahogando
su libertad, relegándole a seguir
estrictamente las normativas impuestas
sobre su comportamiento –debe cumplir las
normas y no pensar– mientras otros deciden
por él.
Poco a poco vamos avanzando hacia un
mundo como el planteado por George
Orwell en su libro 1984 con la presencia de
“El Gran Hermano”. ¿Es esto lo que se
merece el hombre? ¿Está nuestro futuro en
lo que irónicamente Huxley llamaba “Un
mundo feliz? Si no hacemos nada, cada día lo
veo más cercano.
Es necesario una acción que rompa con esta
situación; un renacimiento, un movimiento
firme que sea capaz de cambiar las cosas,
que se base en los ideales de la iniciativa, el
emprendimiento, el reconocimiento del
5
Pliegos de Rebotica
´2014
Ignacio Para
El resurgimiento
del hombre
1,2,3,4 6,7,8,9,10,11,12,13,14,15,...52
Powered by FlippingBook