Revista Farmacéuticos - Nº 128 - Enero-Marzo 2017 - page 47

de AQUÍ y de ALLÍ
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Pliegos de Rebotica
´2017
N
uestro asociado Manuel Losada
Villasante (Carmona 1929) nos remite
la cuidada edición de dos fascículos y
una tapa protectora que titula “
Recuerdos,
Realidades y Esperanzas
” que viene a ser una
biografía personal en la que se entremezclan
sus principales aportaciones científicas en la
conversión de la energía mediada por sistemas
bioquímicos, con artículos y recuerdos de
carácter personal.
El interés de esta publicación radica en la
visión humana y el sentido trascendente del
autor, un premiado hombre de ciencia en el
que los valores espirituales actúan como
motor de su existencia vital.
El doctor Manuel Losada recibió el Premio
Príncipe de Asturias en 1995 de Investigación
Científica y Técnica, además de otros muchos
premios y distinciones. Dedicado a la docencia
como Catedrático de Bioquímica de la
Universidad de Sevilla, ha reunido sus
recuerdos y la relación con amigos de la talla
del Premio Nobel Severo Ochoa, en esta
publicación en la que nos desvela su alma de
andaluz firmemente creyente.
Desde Aefla, enviamos una cariñosa
felicitación a éste, nuestro distinguido
asociado, por la cuidada edición de sus
recuerdos personales que ponemos a
disposición de todos.
Recuerdos
personales
del doctor
Manuel Losada Villasante
E
l pasado 29 de Diciembre fa-
llecía el profesor Antonio Es-
pinosa, catedrático de Quími-
ca Orgánica y Farmacéutica de la
Universidad de Granada. Los far-
macéuticos formados en esa Uni-
versidad hemos perdido mucho
más que a un profesor. Hemos
perdido un referente de la vida
académica, investigadora y literaria.
De una fertilidad intelectual inaca-
bable, compaginó la docencia y la
investigación con la dirección del
Colegio Mayor San Jerónimo al
que consagró como uno de los
centros culturales de referencia entre los años setenta y ochenta.
Impulsor, junto a un grupo de colegiales, de la revista de poesía
Ne-
felibata
, ya envió señales de lo que iba a ser su vida una vez jubi-
lado de su cátedra. Una vida entregada con pasión a la escritura.
Autor de diversos libros sentía especial predilección por la poesía.
Hasta tal punto que en su funeral se leyó un poema que había de-
jado a tal fin.
Si te dicen que no estoy búscame,
si te aseguran que ya me fui
no lo creas,
si alguien confirma mi ausencia
espera antes de aceptarlo,
porque es efímera mi muerte
y fugaz la separación.
Yo vivo eternamente en ti,
no por ti sino en ti,
así, cómodamente instalado,
me muevo
sin descubrir mi presencia.
Tengo el gran honor de haber tenido al Profesor Espinosa como ca-
tedrático en la facultad, como director en el Colegio Mayor donde
era llamado
el Papi
, como director de tesina de licenciatura y espe-
cialmente como el amigo sabio y pausado que todos necesitamos.
En su papel de Papi marcó a toda una generación de colegiales in-
culcándonos que ser universitario era mucho más que tener un ex-
haustivo conocimiento de la química orgánica. Nos enseñó la autén-
tica dimensión de la palabra y esto lo consiguió con una paciencia
infinita y un estilo de conversación que cautivó a varios cientos de
estudiantes algo asilvestrados.
Manteníamos estrecha relación en los últimos años sobre todo a
través de redes sociales y D.Antonio tuvo la capacidad de dotar de
lenguaje poético a un soporte tan frio como puede ser Facebook.
Nos regalaba versos casi a diario y sentado en su Azul Café erigi-
do en santuario, nos describía su mar de las esquinas cada mañana.
Utilizo para el cierre algunos títulos de sus libros y así puedo es-
cribir que se nos ha marchado el
Último loco
portando simple-
mente un
Equipaje de argonauta
. Con
Pasos cortos
pero se-
guros y con el sentimiento de haber vivido con plenitud y dejar
a cientos de alumnos, amigos o lectores un poco huérfanos.
Descansa en paz, maestro.
Francisco J. Vivar
Antonio Espinosa
poeta y catedrático
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