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Pliegos de Rebotica
´2017
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PLIEGO DEL PRESIDENTE
Raúl Guerra Garrido
E
E
n el libro de caballería de García Rodríguez de
Montalvo, en
Las sergas de Esplandian
, o sea en
las hazañas del primogénito de Amadís de Gaula,
se cita la isla California, isla de las amazonas
negras, muy cerca del Paraíso Terrenal “porque
en toda la isla no había otro metal que el oro” y cuando
allí llegaron los españoles, además de descubrir que no
era una isla, fundaron bellas ciudades con bellos nombres
como El Pueblo de Nuestra Señora la Reina de Los
Angeles de la Porciúncula, hoy simplificado a L.A., y otros
sin contracción como su capital Sacramento o el pueblo
de Martínez cuyo
high school
se llama Alhambra como la
popular agua de mesa californiana.
Una presencia innegable que nos remite a una población
aproximada y creciente de 41.295.001 hispanoparlantes
afectados por la noticia de la eliminación del español de
la web de la Casa Blanca, peor noticia al sintonizar con otras eliminaciones
peligrosas como la página referida al cambio climático, síntoma de una
resistencia institucional a aceptar una realidad bilingüe ,en algunos estados de
la Unión abrumadora y en sus propios nombres clamorosa. Colorado, Nevada,
Arizona que de no ser una árida zona sería un robledal (aritz es roble en
vascuence), Texas (las tejas de México) y no digamos Florida, desde la actual
pequeña La Habana a los “naufragios” de Cabeza de Vaca, primer texto
europeo en que se cita tierra actualmente norteamericana. Los que queda de
la Historia, siempre tergiversada, es la Geografía y los topónimos son marca
indeleble incluso en televisión, recordemos “Las calles de
San Francisco”, “El
sheriff
de Madrid”, los continuos
casinos de Las Vegas…
Para rastrear de forma exhaustiva y entretenida toda
esta presencia en Estados Unidos recomiendo el libro
Banderas lejanas
de Fernando Martínez Laínez y Carlos
Canales, llega hasta Alaska. Eduardo Lago nos alarma al
decir que la relación de los hispanohablantes con su
lengua materna pasa del complejo de inferioridad a la
afirmación y orgullo, pero que con la eliminación en la
citada web surge el miedo ante la amenaza de las
deportaciones masivas. Uno cree que no se pueden
poner puertas al campo, pero sabe que en casos
extremos la demagogia puede llevar a campos muy
tenebrosos, también confía en que no sea éste uno de
esos casos, Estados Unidos es una democracia.
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En español
Puertas al campo