Revista Farmacéuticos - Nº 389 - Noviembre 2013 - page 29

FARMACÉUTICOS N.º 389 -
Noviembre
2013
38
Las personas que acuden a una oficina de farma-
cia solicitando algún producto para la conjuntivi-
tis o para el ojo rojo deben ser valoradas por el
farmacéutico, considerando un conjunto de sín-
tomas básicos que el enfermo oftalmológico sue-
le referir. Los más importantes son
Alteraciones de la visión.
Disminución de la agudeza
visual o alteración en la percepción de los colores.
Dolor ocular.
Es importantísimo diferenciar correctamen-
te el dolor ocular real de otros síntomas tales como picor,
escozor, ardor, sensación de cuerpo extraño, etc. El dolor ocu-
lar “real” suele ser un síntoma de enfermedad grave.
Secreciones anormales.
Tanto en cantidad, bien por exce-
so o por defecto (lagrimeo, sequedad ocular), como en calidad
(mucosa, purulenta, etc.).
Como norma general, el paciente debe ser visto por un
oftalmólogo ante cualquier manifestación de alteración de la
visión, fotofobia intensa o dolor ocular verdadero, así como
ante alteraciones pupilares (miosis o midriasis) y de la trans-
parencia corneal.
El ojo rojo es un cuadro muy frecuente en la patología oftal-
mológica, pero no siempre implica la existencia de conjunti-
vitis. La inyección conjuntival suele traducir cuadros autoli-
mitados, mientras que la inyección ciliar, periquerática, etc.,
sugiere cuadros más graves. En cualquier caso, todo ojo rojo
debe ser revaluado en 24-48 horas. Si en 48 horas no se obje-
tiva ninguna mejoría tras la instauración de tratamiento, es
necesario enviar al paciente a la consulta del oftalmólogo, ante
la sospecha de alguna patología más grave: glaucoma agudo,
queratitis, etc.
En cualquier caso, debe tenerse siempre presente que la
atropina y otros derivados anticolinérgicos, de acción midriá-
tica, están contraindicados ante la más mínima sospecha de
glaucoma, así como los corticoides en las queratitis víricas y
los fármacos mióticos (pilocarpina y derivados) ante la sospe-
cha de uveítis.
Además de las anteriores recomendaciones, es muy impor-
tante que el farmacéutico instruya al paciente acerca de la uti-
lización de las formas farmacéuticas oftalmológicas, dado que
es muy frecuente que la aplicación sea inadecuada, haciendo
ineficaz el tratamiento. El abuso de agentes vasoconstrictores
puede acabar desencadenando midriasis. Igualmente, el exce-
so de administración de un producto oftálmico no mejora su
eficacia (salvo en los casos indicados) y, en no pocas ocasio-
Valoración por el farmacéutico
en lo que se refiere al control del picor y del enrojecimiento
conjuntival, síntomas cardinales de la conjuntivitis alérgi-
ca. La emedastina y la levocabastina son notablemente más
potentes que la feniramina y la antazolina, pero la potencia
antihistamínica por sí misma no predice su potencial reso-
lutivo en los cuadros de conjuntivitis alérgica. La epinasti-
na está estrechamente relacionada con la azelastina y, espe-
cialmente, con la emedastina.
Al margen de los antihistamínicos o, a veces, asociados
a ellos, también se emplean agentes vasoconstrictores de
tipo adrenérgico, para reducir la congestión conjuntival.
Por su parte, el empleo de agentes antialérgicos de tipo
no antihistamínico, como el cromoglicato y el nedocromi-
lo, tiene un cierto papel terapéutico en la conjuntivitis alér-
gica debido a su actividad estabilizadora de los mastoci-
tos, aunque ese papel es meramente preventivo, por lo que
no tienen utilidad para reducir rápidamente los síntomas.
Asimismo, el empleo ocasional de colirios vasoconstricto-
res (agentes adrenérgicos) también permite reducir la hipe-
remia, aunque debe evitarse su empleo prolongado y, espe-
cialmente, su uso continuo.
El motivo es el riesgo de midriasis y de efectos adversos
sistémicos (taquicardia, etc.); por otro lado, estos fármacos
suelen inducir tolerancia farmacológica y frecuentemen-
te requieren incrementar su dosificación para mantener el
efecto descongestivo conjuntival.
1...,19,20,21,22,23,24,25,26,27,28 30,31,32,33,34,35,36,37,38,39,...56
Powered by FlippingBook