El último arco
Daniel de María
Siníndice Editorial
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Madrid 2012
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167 páginas
S
egunda parte de la anunciada trilogía del escritor
farmacéutico Daniel de María, tras la publicación
de
Un etcétera después
(ver Pliegos, nº 109).
Continúan en ella las aventuras, podríamos llamarlas
así, del grupo de jóvenes amigos que conocimos
entonces y que ahora se enfrentan a las peligrosas
ramificaciones de una leyenda segoviana que nos dará
pie para visitar esta ciudad y el rico folclore que la
acompaña.
Sucede que el diablo es un personaje muy
literario del que ya dieron cuenta Goethe, Casona y
hasta el mismo Gonzalo de Berceo. En destacadas
ocasiones merodea por el acueducto y obliga a
discernir entre la fantasía y la realidad. ¿Será posible
entregar el futuro a cambio de un presente
luminoso? Los personajes de la novela se lo toman
ante todo como un ejercicio lúdico, pero el autor
quiere hacer una pedagogía fina y por eso no omite
las consecuencias de una propuesta más profunda.
Confesaba Daniel de María, en los inviernos de su
farmacia aragonesa, que se proponía escribir novelas
sencillas que ofrecieran a sus lectores unos ratos de
amenidad y que a la vez quería sacar provecho de
dos lugares concretos que él valora mucho: Segovia y
Tabuenca. Como en la ocasión anterior, transita por
lo cotidiano para mostrarnos el valor de la amistad y
el placer de las cosas sencillas pero en su ejercicio
abre la puerta de lo fantástico. El resultado es que
hace su trabajo con soltura, le gusta intercalar su
posición de narrador y se sabe colar por el tenue
cristal de lo posible.
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Palabras de arcilla y agua:
mi Talavera
Ángel del Valle Nieto
Tecnigraf
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Toledo 2013
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148 páginas
D
ulce y elaborada recopilación de sus propios escritos
sobre Talavera de la Reina que reúne publicaciones
aparecidas en diferentes medios como ABC o Mundo
Comarcal junto con artículos nuevos, redactados para la
ocasión de completar retratos y paisajes. Hay detrás mucho
amor y mucho trabajo sobre una tierra y sus gentes que
Ángel del Valle conoce muy bien.
La ciudad nacida en la fértil terraza que diseñó el río
Tajo, no tiene secretos para un autor curioso y certero
como es este farmacéutico distinguido ya en numerosas
batallas. El libro puede seguirse con agrado en peregrinaje
por lugares, actividades y personas pues la prosa de Ángel
es cuidadosa y está coronada por muestras delicadas de
buen estilo, siempre generoso hacia sus paisanos.
Desde la devoción a la Virgen del Prado ante la que
Talavera presenta sus flores en mayo y sus semillas en
septiembre, hasta el vuelo de las cigüeñas, tomado como
vínculo para una serie de trabajos literarios, nada se escapa
a la observación propuesta al lector por un hombre que
sabe perfectamente que la ciudad es algo más que el
escenario concreto por el que transitan los episodios de
una vida.
La cerámica y los escritores, las costumbres antiguas y
los amores nuevos, el viaje a Madrid, siguiendo al equipo de
fútbol, de la mano de un padre que temía los mareos del
niño, las formas diferentes de la ternura en el anciano que
da de comer a su pareja en un parque.Y siempre
acompañándolo todo la poesía que nunca abandona a Ángel:
¿Qué tiene mi Talavera?/ Tiene mi vida apresada/ con un amor
que rodea/ las cuatro esquinas del alma.
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LIBROS
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