Pliegos de Rebotica - Nº 114 - julio/septiembre 2013 - page 5

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de Rebotica
LIEGOS
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A
lgunos autores sostienen que la manera de entender
la vida, también el ser y el estar, a lo largo del
transcurrir de la Baja Edad Media sufrió una
profunda alteración por agotamiento intelectual
(búsqueda de otro sentido de la vida) y religioso
(crisis de la teología escolástica). Otros, sin
embargo, dicen lo mismo, aunque consideran que
las miradas del ser humano se dirigieron hacia la
huella de lo que en otro tiempo, más remoto, la
Humanidad fue y se manifestó de un modo clásico,
es decir, la creación que emergió de la Antigüedad
clásica grecolatina. La escolástica imperante hasta
entonces, no parecía ya suficiente para poseer las
respuestas claves del ser humano. El Renacimiento,
en sí mismo, es un periodo histórico que se define
por la mirada hacia el mundo antiguo y búsqueda
del modelo clásico grecolatino. Un fenómeno social,
y político y económico y artístico y creativo, que
brotó esencialmente de las ciudades, un despertar
inicial de lo que más tarde se perfilaría como la
burguesía, protagonista casi absoluta de los siglos
posteriores, hasta nuestros días. La incipiente
burguesía de las ciudades italianas: Roma, Venecia,
Pavía, Pisa, Florencia. Florencia: cuna del
Renacimiento. Aparecen los mecenas y protectores.
Bajo el gobierno de los Médicis, Florencia se
convirtió en el primer y más importante centro del
Renacimiento y del Humanismo. Un destacado
mecenas de la familia fue Lorenzo el Magnífico que
dio protección a numerosos humanistas, entre ellos,
Marsilio Ficino (1433-1499) y Pico della Mirandola
(1463-1494).
El cerco, y caída definitiva, de Constantinopla
(1453) obligó a la salida de muchos sabios,
estudiosos y eruditos, quienes se dirigieron hacia el
Occidente, impregnado de la impronta del tiempo
histórico anterior. Las ciudades italianas se
convirtieron en la tierra de promisión intelectual.
Aquellos sabios viajaron hacia un intento de retorno
histórico con las arcas llenas de textos y
documentos clásicos griegos y latinos, pero también
en las alforjas, las ideas y los valores, la cultura y la
pureza de los idiomas clásicos, especialmente el
griego. El Renacimiento halló en los saberes
clásicos su verdadera raíz y razón de ser. El
Renacimiento abrió de par en par las puertas de un
nuevo sentido del mundo. La visión y la misión
antropocéntrica. La razón humana adquiere un valor
esencial y supremo.
Fue el historiador suizo J.J. Burckhardt (1818-
1897), profesor de la Universidad de Basilea, quien,
en su famoso texto
La civilización del Renacimiento
en Italia
(1860), describió los orígenes del mundo
moderno, además de establecer el concepto de
Renacimiento, como periodo histórico definido, al
mismo nivel, digamos, que el Barroco o la
Ilustración. El Renacimiento es un periodo de la
historia de Europa de más de una centuria de
duración, aproximadamente entre 1450 y 1560. No
obstante, casi simultáneamente, el también
historiador Jules Michelet, denominó a uno de los
volúmenes de su
Historia de Francia
(1855-1867)
'Renacimiento'.
Un artífice de la Ilustración, Voltaire, a mediados
del siglo XVIII, definió lo que según él constituían
los cuatro periodos decisivos de la Historia de
Europa (Occidente): el Renacimiento italiano, la
Grecia de Pericles, la Roma de Julio César y,
evidente, la Francia de Luís XIV.
El Humanismo, de la mano del Renacimiento,
apareció como movimiento conductor de una nueva
visión intelectual, filosófica y cultural que se
desparramó, desde las urbes italianas, hacia el resto
de Occidente. "Aparece el humanismo que prolifera
abundantísimamente. Llegan a Occidente los libros
griegos y latinos; la devoción por lo antiguo llega al
extremo" (Julián Marías). Estudiado este hecho
histórico muy posteriormente, el término
humanismo alumbró por vez primera en 1808 en un
escrito del autor alemán F. J. Niethammer, para
indicar los inquietudes culturales y creaciones
intelectuales que dieron origen al Renacimiento. No
obstante, con la entrada de la Edad Moderna, a lo
largo del siglo XVI, comenzó a usarse el término
'humanista' haciendo referencia al que se dedicaba
Humanismo
renacentista
Joaquín Herrera Carranza
La escuela de Atenas, fresco de Rafael.
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