Revista Farmacéuticos - Nº 135 - Octubre-Diciembre 2018 - page 49

E
Su pobreza, sus angustias, su deambular por el
Madrid paupérrimo de los años veinte, ayudado y
sostenido por una prostituta, de la que no llega a
recordar su nombre, son todo un síntoma de una
vida sin sentido. Ni siquiera se siente orgulloso de
sus pinitos, algo más que anecdóticos, como
aprendiz de actor teatral, quizá su verdadera y
frustrada vocación.
He dormido sobre el estiercol de las cuadras,
en los bancos municipales, he recostado mi cabeza
en la soga de los mendigos
y me ha dado limosna –Dios se lo pague–
una prostituta callejera.
Si recordase su nombre lo dejaría escrito aquí
orgullosamente
¡Oh, qué alegría poder pagar una letra,
una deuda, una limosna de amor
a los cincuienta años de vencida!
Pero no me distraigo más con las vivencias del
poeta y regreso al mar y a uno de mis autores
musicales más queridos. Sé que soy reiterativo
pero el buen lector siempre pone algo de su parte
para disculparme.
Joan Manuel Serrat, más de cincuenta años de
canciones a sus espaldas, alcanzó el culmen de sus
trabajos a finales de los 60 y primeros de los 70.
Concretamente, lo hizo de la mano de dos poetas
extraordinarios:Antonio Machado (1969) y Miguel
Hernandez (1972), pero en el medio, como el
jamón del bocadillo, publicó el incomparable
Mediterráneo
(1971), su mejor y más laureado
disco. Pues bien, este Mediterraneo, el mar que
aburría al poeta, lo cierra nada más y nada menos
que Don Quijote; y lo hace de la mano de nuestro
León Felipe.
Siempre es buen momento para recordar este
Vencidos, del libro Versos y oraciones de
caminante, acompañado por los acordes del genial
cantautor catalán:
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la
armadura,
y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar,
va cargado de amargura,
que allá encontró sepultura
su amoroso batallar.
Va cargado de amargura,
que allá «quedó su ventura»
en la playa de Barcino, frente al mar.
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Va cargado de amargura,
va, vencido, el caballero de retorno a su lugar.
¡Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma
llanura,
en horas de desaliento así te miro pasar!
¡Y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu
montura
y llévame a tu lugar;
hazme un sitio en tu montura,
caballero derrotado, hazme un sitio en tu montura
que yo también voy cargado
de amargura
y no puedo batallar!
Ponme a la grupa contigo,
caballero del honor,
ponme a la grupa contigo,
y llévame a ser contigo
pastor.
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar...
Pero este particular recital no podría concluirse sin
citar –y no como meros teloneros– a Carmina
Álvarez y Adolfo Celdrán (
¡Qué pena!, Contadme un
sueño
) que también han colaborado con su música
a expandir los versos de nuestro poeta.
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Pliegos de Rebotica
2018
Paco Ibañez
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