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Las verrugas no genitales en las perso-
nas sin complicaciones (especialmente, inmu-
nodeficiencia) son en general inocuas y suelen
resolverse sin necesidad de ninguna interven-
ción (30% en los primeros seis meses y un
65% en los dos primeros años), gracias a la
propia inmunidad natural.
Sin embargo, conviene tener en cuenta que las verrugas sin
tratar representan una fuente permanente de infección y difu-
sión del PVH. Por encima de esta consideración sanitaria,
la estética es, sin duda, el aspecto que más condiciona a los
pacientes para intentar resolver esta cuestión (especialmen-
te si las verrugas están localizadas en las manos o en la cara).
También el dolor, frecuentemente asociado a las verrugas en
las plantas de los pies y cerca de las uñas, motiva la consul-
ta. Por consiguiente, aunque la mejor opción en la mayor par-
te de los casos probablemente es no tratar las verrugas, en la
práctica diaria muchas personas acuden al farmacéutico con
el fin de encontrar alguna solución.
El simple uso de un apósito adhesivo en las verrugas unguea-
les suele resultar eficaz al cabo de varias semanas y ayuda a evi-
tar la difusión de PVH. En general, las verrugas que se presen-
tende forma aislada en áreas nopeligrosas (manos, pies, rodillas,
etc.) pueden ser tratadas fácilmentemediantemedicamentos que
generalmente no requieren receta médica, basadas en el trata-
miento tópico con ácido salicílico y ácido láctico. Sin embargo,
los resultados no son rápidos y requieren perseverancia por parte
del paciente, lo cual no siempre está garantizado. Por su parte, el
Valoración
FARMACÉUTICOS N.º 383 -
Abril
2013
temperatura alcanzada provoca la cauterización instantánea, dando
lugar a una costra que se desprenderá al cabo de unos días.
La resección quirúrgica de las verrugas está indicada en los cua-
dros resistentes a otras terapias o si éstas resultan contraindica-
das en los pacientes. Las lesiones más susceptibles de ser tratadas
quirúrgicamente son aquellas con base de implanta ción pequeña
y sobre todo las verrugas filiformes múltiples. No se aconseja en
las verrugas ungueales, dada la vascularización y la contraindica-
ción del vasoconstrictor (con bisturí convencional) en esas zonas.
Tradicionalmente, el tratamiento farmacológico de las verru-
gas genitales ha sido claramente insatisfactorio, con elevados
índices de fracaso terapéutico y recidivas de las verrugas. En
muchos casos, los productos más antiguos eran excesiva men-
te agresivos para los tejidos (podofilotoxina, ácido tricloacéti-
co, etc.), produciendo no pocas molestias y abrasiones, que redu-
cen notablemente la aceptación del tratamiento por parte de los
pacientes. Si a esto se añade que solía requerirse períodos relati-
vamente prolongados hasta alcanzar el objetivo terapéutico, los
tratamientos distaban mucho de ser eficientes. Por otro lado, si la
tumoración excrecente llega a alcanzar un tamaño grande, gene-
ralmente se recurre a otros sistemas terapéuticos, como criociru-
gía (ablación quirúrgica mediante congelación).
La podofilotoxina, contenida en la resina del podófilo (Podo-
filum peltatum), es un agente citotóxico que inhibe la mitosis
celular y la síntesis de ADN. Es un inhibidor metafásico de célu-
las en división, que se liga a la tubulina impidiendo así su poli-
merización, proceso requerido para el montaje microtubular. En
concentraciones más elevadas, la podofilotoxina inhibe también
el transporte de nucleósidos a través de la membrana nuclear. Se
supone que la acción quimioterapéutica de lapo dofilotoxina se
debe a la inhibición del desarrollo celular y a su capacidad para
invadir el tejido de las células infectadas por el virus.
Por su parte, el imiquimod tampoco erradican los virus ni afec-
tan a la evolución de la infección por PVH. Incluso tras la des-
aparición de las verrugas, puede persistir la infección y no son
infrecuentes los casos de recidivas. Carece de efectos antivirales
directos, actuando mediante el estímulo de la liberación de inter-
ferones y otras citocinas por parte de ciertas poblaciones de leu
cocitos. La estimulación parece estar medidas por la unión del
fármaco con determinados receptores de membrana. La principal
acción farmacológica de imiquimod es la promoción de las res-
puestas inmunes innatas y adaptativas, mediante la esti mulación
de monocitos y macrófagos, para produ cir la liberación de un
conjunto de citocinas, tales como interferón alfa (IFN-alfa), fac-
tor de necrosis tumoral (TNF) e interleucinas 1, 6 y 8 (IL-1, IL-6
y IL-8); también es capaz de inducir la liberación de interferón
gamma e interleucina 12 (IL-12). La liberación de este conjun-
to de interleucinas conduce a un aumento de la respuesta inmu-
ne mediada por células (de tipo Th-1), similar a la hi persensibili-
dad de tipo retardado. Desde el punto de vista celular, imiquimod
induce la proliferación y diferenciación de linfocitos B, aunque
posible mente de una manera directa, no mediada por las citoci-
nas inducidas.
El último fármaco en incorporarse a la indicación de condilo-
ma acuminado son las sinecatequinas, una mezcla de catequinas
presentes en el extracto del té verde (Camelia sinensis). Se desco
noce su mecanismo concreto de acción, aunque parecen inhibir
un amplio rango de enzimas y factores de crecimiento implica-
dos en la generación de mediadores inflamatorios celulares que
contribuyen a la expresión y crecimiento del VPH.