El movimiento Thunberg
El caso es que andaba buscando
documentarme para estos soles
cuando surgió de la pequeña
pantalla, como un espíritu libre y
sin manipular, una joven adolescente
sueca que, junto a su indudable valentía,
ofrece un rostro nada risueño con el que
no es fácil empatizar. Su síndrome de
Asperger no es más que una señal de su escasa
capacidad para ofrecer gestos amables desde su cara
casi infantil, pero se ha convertido en el simbolo
occidental de esta desnostada época que nos ha
tocado en suerte y ha sido declarada personaje del
año por la prestigiosa revista
Time.
Guardo mis opiniones personales sobre Greta
Thunberg y el papel que han tenido y tienen sus
padres en este explosivo movimiento que no solo
mentaliza a los seres humanos sobre las limitaciones
de nuestro planeta, sino que se atreve a demandar a
paises o instituciones que no respetan los acuerdos
firmados para preservar los derechos de los niños, el
medio ambiente o luchar contra el cambio climático.
Greta afronta sus desplazamientos sin usar las
facilidades que hoy nos ofrece el transporte. Pudiendo
ir en pocas horas de un sitio a otro, tarda mucho
tiempo en acudir a los lugares desde los que le
reclaman porque no utiliza vehículos contaminantes. Si
exagera o no, es cosa suya y de sus asesores; al fin y al
cabo, sus largos viajes son factibles porque es la forma
en que nuestra especie se ha movido durante siglos.
Solo desde finales del XIX hemos ido
mejorando
las
posibilidades de tardar lo menos posible en nuestras
correrías y lo que está claro es que ningún avión ha
dejado de salir de un aeropuerto porque Greta no
quisiera utilizarlo.
A simple vista, parece claro que a esta pequeña
niña nórdica y a sus educadores no les debe gustar
la narrativa de Julio Verne y mucho menos su
imaginación y su capacidad inventiva. Lo que en las
postrimerias del siglo XIX se entendía como una
investigación amena y sugerente para abrir
fronteras a la Humanidad, hoy puede interpretarse
como uno de los pasos más arriesgados que la
especie humana se ha atrevido a dar para
encontrar, como único destino, su propio fin y el
del maravilloso mundo que nos ha albergado
durante miles de años y al que no parece que
sepamos respetar.
Viajes en el tiempo
No se si Verne escribió algo sobre los viajes en el
tiempo, pero lo curioso es que en torno a Greta se
han vertido cientos de historias, alguna de ellas
algo más que disparatada ¿o no?
El
NewYork Post
ha publicado una foto que, al
parecer, data de 1898 donde una pequeña
trabajadora en las minas de oro de Canadá
saluda y sonrie a la cámara en los incipientes
orígenes de la fotografía. La niña es
clavada
a
Greta y, claro está, se han disparado las teorías
más increibles ¿Ha venido desde el pasado para
advertir del daño irreparable que estamos
ocasionando a nuestro entorno? Y, si es así
¿ha surcado los límites del universo en
catamarán? ¿en canoa? ¿en patera? ¿son todos los
síndromes de Asperger viajeros en el tiempo que no
terminan de adaptar sus
longitudes de onda
a la mayoría
de sus congéneres?
Aquí es necesario acudir a las fuentes más preparadas
en la materia y el científico británico, Stephen Hawking,
es una autoridad que nadie se atreve a discutir a la
hora de zambullirse en los misterios del espacio y el
tiempo. Por cierto, creo que se habría llevado de
maravilla con JulioVerne y que la admiración habría
sido mutua a pesar de sus distintas nacionalidades.
Hawking, partiendo de los actuales conocimientos
de la física, creía en la posibilidad teórica de viajar
en el tiempo o bien orbitando alrededor de los
agujeros negros que nos rodean o bien alcanzando
la velocidad de la luz. En todo caso, Hawking decía
que el hombre no había sido capaz de poner en
práctica tal supuesto porque habría algún viajero del
futuro en nuestras calles y, por el momento, parece
que no es así. Además, pronto habrá que añadir la
dificultad que representa la inminente prohibición de
emplear determinadas fuentes de energía.
Pero dejémonos de intrigas y confabulaciones.
Mantengamos una sana incertidumbre sobre el
futuro de nuestra especie y la de tantas otras que
se ven amenzadas por el cambio climático. Seamos
solidarios y hagamos caso de las pautas que
establecen los científicos más comprometidos y
menos sectarios. Lo de menos es si Greta viene de
aquí o de allá o si está siendo utilizada por unos
progenitores que han encontrado una fuente de
ingresos incalculable con la complicidad, interesada
o no, de más de un tonto util.
No se si alguna de esas mentes preclaras acabará
prohibiendo el uso del papel para editar libros.
Será una pena pero yo trataré de
conservar las novelas de Julio
Verne en la biblioteca como el
más conspícuo coleccionista.
n
49
Pliegos
de Rebotica
2020
SOLES DE MEDIANOCHE