Revista Farmacéuticos - Nº 117 - Abril-Junio 2014 - page 5

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os primeros días de marzo de 2014
están siendo anormalmente fríos en
la capital de España. Es un día
laborable y el frío se recrudece en
cuanto cae el sol, y los transeúntes
andan presurosos camino de sus casas. Sin
embargo, nada de esto importa si se tiene la
ocasión de compartir mesa con un
superviviente del holocausto.
Mi editor, Jordi Nadal, director de Plataforma
Editorial, ha tenido la gentileza de invitarme
a la presentación de la obra de Ram Oren,
La Promesa de Gertruda
, que narra la vida de
Michael Stolowitzky. La obra se ha
presentado en la Casa de Sefarad en Madrid
y después nos reunimos para cenar en la
Palacio de Tepa, en pleno centro madrileño.
Alrededor de la mesa estamos un pequeño
grupo de amigos de Jordi que pertenecemos
a diferentes sectores de la vida económica
española. Santiago Álvarez de Mon y yo
figuramos entre los autores que hemos
publicado en Plataforma Editorial. No
obstante, solo hay una figura relevante en la
mesa: Michael Stolowitzky que a sus ochenta
años se mantiene jovial y participativo a
pesar de lo avanzado de la hora, el stres de
la presentación, no menos importante, el
jet
lag
.
Michael nació en Varsovia en el seno de una
adinerada familia judía. Su padre, Jakob, había
hecho crecer el imperio empresarial
heredado. Numerosas vías férreas y otras
obras públicas realizadas en el primer tercio
del siglo XX llevaban el sello de los
Stolowitzky. De hecho, el día primero de
septiembre de 1939, fecha del comienzo de
la II Guerra Mundial, el padre de Michael se
encontraba en París, firmando un importante
contrato. Michael estaba en Varsovia, en la
mansión familiar con su madre y su niñera,
Gertruda Babilinska y el resto del servicio.
Naturalmente, Jacob Stolowitzky no pudo
regresar a Varsovia. Hizo todo lo posible
para enviar ayuda a su mujer y su hijo, a
efectos de llevarlos a lugar seguro. Ninguna
de sus iniciativas tuvo éxito. Su esposa Lybia,
aterrorizada por los bombardeos, decidió
huir de Varsovia. Ordenó al chofer que
preparase el automóvil, cargó lo que pudo y,
llevando consigo a Michael y Gertruda, tomó
el camino del norte, hacia Lituania.
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Pliegos de Reboticca
´2014
Cenando en Madrid con
Michael Stolowitzky
Carlos Lens
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