Revista Farmacéuticos - Nº 116 - Enero-Marzo 2014 - page 49

fuerte, preparada para dominar el mundo entero bajo
el yugo de los supuestos dirigentes del proletariado.
Las históricas discrepancias entre Stalin yTrotski
ocupan y preocupan al enfermoLenin. En octubre de
1922 asegura que el secretario general tiene tendencia
a apresurarse y en su testamento, dictado entre
diciembre del mismo año y los primeros días de enero
del 23, Lenin confiesa:
Al pasar a ser SecretarioGeneral, el camarada
Stalin ha concentrado en susmanos un poder
enorme, y no estoy seguro de que sepa usarlo siempre
con suficiente cautela.
Stalin es demasiado rudo, y este defecto,
completamente tolerable en las relaciones entre
comunistas, resulta intolerable en el puesto de
SecretarioGeneral. Por lo tanto, propongo a los
camaradas que vean el modo de retirar a Stalin de
ese puesto y nombren a otro hombre que le supere en
todos los aspectos, es decir, que seamás paciente,
más afable ymás atento con los camaradas, menos
caprichoso, etc.
El sangriento sigloXX
La desaforada hemorragia del sigloXX no había
hechomás que empezar. Lamentablemente, términos
como campos de exterminio, bombas atómicas,
amenazas nucleares o asesinatos enmasa irán ligados
para siempre a una centuria donde el ser humano fue
también capaz de encontrar el alivio de la
antibioterapia, manejar las distancias para llegar a
cualquier rincón del globo terraqueo, resarcirse de sus
indecencias con losmovimientos e instituciones
llamadosONGs o abrir sendas de comprensión y
diálogo para el entendimiento entre los pueblos y
tratar de eliminar la exclusión de los seres humanos
por su raza, género, ideas políticas o creencias
religiosas.
Pero Stalin no se encuentra en el selecto grupo
de los hombres que condujeron a nuestra especie por
los caminos de la dignidad, el respeto y la
tolerancia. En 1924 optó por llevar a su depauperado
pueblo por un terreno dementiras, vigilancias,
controles y hambrunas físicas y psicológicas que se
prolongaron, cada vez conmayor denuedo, hasta su
muerte en 1953.
El asesinato político, las purgas desmedidas, sus
pactos interesados con el terror nazi para repartirse
Polonia, su indecisión para tratar de responder al
ejército alemán que invadióRusia sin apenas
resistencia y que solo quedó paralizado cuando el
General Invierno le azotó con toda su crudeza, la
ferocidad inhumana del EjercitoRojo en su irrupción
en las ciudades germanas, las brutales persecuciones
en los países satélites para impedir cualquier signo de
independencia o de participación democrática, los
Gulag… y tantas otras proezasmiserables que fue
capaz de repartir arbitrariamente a todo vestigio de
oposición, produjeron durante casi cuarenta añosmás
muertes que las dos guerrasmundiales juntas.
Stalin era un hombre enfermizo y obsesionado por
el control absoluto. Quizás el régimen bolchevique no
podría haber tenido otro recorrido que el que se da
por concluido con la caída delMuro deBerlín, cuyo
vigésimo quinto aniversario celebraremos en 2014.
Lo que está claro es que el prematuro fallecimiento
del ideólogo y primer presidente de la revolución, el
camarada Lenin, permitió el ascenso desbocado de un
personaje sin el menor escrúpulo.
¿Qué habría pasado si Lenin hubiera podido
continuar al frente del gobierno soviético? ¿Habría
logrado descabezar a Stalin? ¿Se habrían consolidado
los valores económicos defendidos por Trotski? La
enemistad de los dos gallos de pelea, el georgiano
Stalin y el judíoTrotski ¿habría concluido con la
caída en desgracia de ambos?
Nunca lo sabremos, pero sí podemos aventurar
que Lenin no habría negociado jamás conHitler, que
habría buscado unamejora real de las condiciones de
vida de los ciudadanos rusos y que, probablemente,
habría aceptado algún suministro humanitario del
planMarshall tras la terrible conflagración europea de
los años cuarenta.
Una hipótesis que forzosamente debe quedar en
eso y nadamás. Por ahora, laCiencia no tiene
capacidad para retroceder en el tiempo y es una
lástima porquemillones de inocentes podrían salvar
así sus vidas.
P
de Rebotica
LIEGOS
49
La caída delMurode Berlín.
JoséV. Dzhugashvil–José Stalin
1...,39,40,41,42,43,44,45,46,47,48 50,51,52
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