Y Pasternak, el autor prohibido, el poeta decadente y
sin recursos, el enemigo de la literatura rusa, era su
amigo. Ambos fueron capaces de sobrevivir a la angus-
tia del encarcelamiento, los campos de concentración
y el frío extremo del exilio en las lejanas zonas de la
Siberia más recóndita, ambos siguieron fieles a sus va-
lores y no sucumbieron a la cobarde comodidad de
adaptarse a la falta absoluta de unos niveles mínimos
de libertad.
Y es aquí donde volvemos a la poesía, porque Paster-
nak obtuvo el premio Nobel por sus poemas, esos que
Yuri Zhivago va desgranando incluso entre vendas y je-
ringuillas cuando actúa como médico de campaña en
la Gran Guerra, antes de la deserción masiva de las
tropas rusas en los campos de batalla para entregarse
a la revolución de octubre en 1917 y destronar y eje-
cutar al régimen zarista.
Pasternak es Zhivago con su doble vida amorosa, pero tam-
bién el propio Prokófiev es un poco Zhivago porque el al-
ma rusa siempre está dividida en dos, ya sean ideas, reli-
giones, mujeres…
Pasternak-Zhivago escribe estas notas para Lara:*
A lo largo de los inviernos
recuerdo los días lejanos de sol
cada uno irrepetible…
Y los amantes como en un sueño
se palpan uno al otro, presurosos,
y el abrazo no termina
Mucho antes, cuando todavía es un autor aceptado por la
nomenclatura del soviet, Pasternak se compromete con
sus estrofas:
Poesía, te voy a jurar
hasta perder la voz:
tú no eres el habla melosa,
tú eres el estío en tercera clase,
tú eres arrabal y no estribillo.
Tú eres asfixiante como mayo en Yámskaya,*
o un reducto nocturno de Shevardino,*
en el que lanzan gemidos las nubes,
marchándose luego por lados distintos.
Pronto llega la persecución para el poeta; el obligado
anonimato de su obra. Se convierte en un autor pro-
hibido por el régimen y la simple tenencia de uno de
sus poemarios puede provocar una condena delirante.
La creatividad nunca le ha gustado a los tiranos, sean
del signo que sean. Pasternak es muy elocuente en su
poema titulado
Transformación
:
Era amigo en un tiempo de los pobres,
no por nobleza alguna de ánimo,
sino porque sólo la vida entre ellos
transcurría sin falsedad, sin fastos.
Frecuentaba las casas de los nobles
y los ambientes refinados;
no obstante, aborrecía a los parásitos
y amaba la miseria más odiosa.
y me esforzaba por hacerme amigo
de los que trabajaban como obreros,
de modo que me hacían un honor
al acogerme entre los harapientos.
Tangible, sin palabras, sustancial,
firme y robusta era la vida
en la desolación de aquellos sótanos
y en aquellos altillos sin cortinas.
Y también yo me corrompí
al tocarme la ruina de la época;
se hicieron optimistas, bien pensantes,
y transformaron el dolor en vergüenza.
Para todos aquellos en los cuales confiaba
desde hace tiempo soy un sospechoso,
y al hombre lo he perdido cuando
lo han perdido todos
Termino en Cádiz y lo hago con uno de sus más ilustres
y prolíficos autores. Pemán fue periodista, dramaturgo,
poeta, novelista… escribió sobre casi todo y lo hizo con
la limitación propia de una época difícil, pero también
con esa imaginación que permite evitar las censuras más
férreas. Si alguien quiere callar ahora su voz será tan tor-
pe como el régimen bolchevique que trató de amorda-
zar a Pasternak porque al final, aunque a veces con re-
traso, siempre triunfa la poesía.
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Pliegos de Rebotica
´2015
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SOLES DE MEDIANOCHE
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*Ya se sabe que al traducir la poesía de otro idioma se suele perder ritmo, musicalidad e incluso sentido, pero en este caso no
queda otro remedio que tomarse esta pequeña licencia.
*
Yámskaya:
es el nombre de algunas calles de Moscú.
*
Shevardino:
fortificación rusa para proteger el ala izquierda de sus tropas en la batalla de Borodinó contra el ejército de
Napoleón en 1812. Las escaramuzas en dicha zona se iniciaron días antes de la propia batalla.
Carolina Codina Nemysskaya y su familia.