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Panorama Actual del Medicamento
PLANTAS MEDICINALES
cluirse dentro de esta práctica, como complemento
en el tratamiento de la demencia.
En los últimos años se ha comprobado que las
flores de lavanda presentan diversas actividades
como antiinflamatoria, antihistamínica, antidiabé-
tica, antitumoral, antimicrobiana, antiviral y modu-
ladora del sistema nervioso central.
Actividad sobre el SNC
La lavanda tiene un largo historial como planta
medicinal a la que se atribuye, como se ha comen-
tado, actividad ansiolítica y sedante. Se han reali-
zado diversos estudios con el fin de comprobar su
actividad a este nivel y el mecanismo de acción por
el que actúa.
Ensayos
in vitro
e
in vivo
han mostrado el efecto
neuroprotector de las flores y del aceite esencial. En
el caso de daño cerebral por isquemia/reperfusión
en ratón, este efecto neuroprotector se atribuye a
las propiedades antioxidantes.
Recientemente se ha demostrado en experimen-
tación animal (ratón), mediante una batería de test
comportamentales sobre el SNC, que los extractos
acuoso y metanólico de tallos y flores de lavanda,
en dosis no tóxicas, poseen una marcada actividad
sedante e hipnótica.
Igualmente se ha comprobado mediante diver-
sos ensayos, que la exposición al aceite esencial de
lavanda produce actividad ansiolítica en ratón, rata
y jerbo. Además, es un agente antidepresivo y se-
dante, y parece mejorar la memoria a corto plazo,
así como las deficiencias de memoria a largo plazo
en un modelo de demencia inducida por escopola-
mina en rata. También se ha comprobado que un
extracto de las flores puede mejorar los déficits de
aprendizaje espacial en un modelo experimental de
enfermedad de Alzheimer en ratas.
De sus componentes algunos de los incluidos en
el aceite esencial han demostrado poseer actividad
ansiolítica en animales. Por ejemplo el linalol inhibe
la fijación del GABAA en el SNC induciendo un es-
tado de relajación, esto podría justificar sus propie-
dades ansiolíticas. Sin embargo, hasta ahora, no se
ha podido corroborar en el hombre.
Respecto a los numerosos ensayos clínicos pu-
blicados, recientemente (2012), se ha publicado un
artículo de revisión sobre dichos ensayos clínicos
aleatorizados, realizados con distintos preparados
de lavanda administrados tanto por vía oral como
olfatoria y tópica para el tratamiento de los tras-
tornos de ansiedad. Se analizaron 440 artículos, de
los que 15, relativos a 1565 participantes y realiza-
dos entre 1995 y 2010, fueron seleccionados por
su calidad. Se descartaron aquellos ensayos en los
que se habían empleado preparados que además
de lavanda contenían otros productos y en los que
no se utilizaron escalas de valoración normalizadas
para medir la ansiedad o estrés como la escala de
Hamilton (HAD,
Hamilton Anxiety and Depression
)
o la STAI (
State Trait Anxiety Inventory
),
escala visual
analógica o pruebas analíticas objetivas indicadoras
de estrés (niveles salivares de cortisol, alteración del
ritmo cardíaco, cambios en la resistencia eléctrica de
la piel, etc.) (Tabla I).
Los distintos preparados de lavanda se adminis-
traron, en ocho ensayos, a voluntarios sanos con an-
siedad inducida en el momento de realizar la prueba
mediante diferentes test de excitación (proyección de
películas) o pruebas aritméticas; en tres, a voluntarios
sanos sometidos a situaciones susceptibles de produ-
cir ansiedad (intervención dental, endoscopia, preo-
peratorio); en dos, a enfermos con trastornos de an-
siedad generalizada; uno, a enfermos de cáncer con
ansiedad y depresión importantes; y otro, a pacientes
ingresados en unidades de cuidados intensivos.
Los resultados han sido positivos a favor de los
preparados de lavanda en aproximadamente la
mitad de los ensayos seleccionados, principalmente
en aquellos en los que se utilizó la lavanda oral y,
en menor medida, por vía olfatoria, no siendo di-
ferentes del grupo placebo o control en el caso de
la administración en forma de masajes o cuando es
añadida al baño. Hay que indicar que en el caso de
su aplicación en aromaterapia, resulta complicado
diferenciar entre los efectos farmacológicos reales
que puede producir la inhalación del aceite esen-
cial de lavanda y los que puedan producirse simple-
mente, como consecuencia del efecto psicológico
que resulta de la percepción del olor característico
de esta sustancia, ampliamente conocido por la
población. Este problema es fácilmente subsanable
en el caso de la administración oral, añadiendo al
preparado placebo una mínima cantidad de aceite
esencial de lavanda que desprenda olor pero no in-
terfiera en la actividad.
En el ensayo realizado por Woelk y Schlafe, publi-
cado en el año 2010, de gran calidad metodológica
(4
en la escala de Jadad), se investigó la eficacia de
un preparado de aceite esencial de lavanda encap-
sulado, administrado por vía oral, en comparación
con un ansiolítico ampliamente utilizado en el trata-
miento de la ansiedad (lorazepam). Los dos grupos
de pacientes con trastorno de ansiedad generalizada
(77/69),
tratados durante seis semanas con extracto
de lavanda (80 mg/día) o con lorazepam (0,5 mg/