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Panorama Actual del Medicamento
ASESORAMIENTO FARMACÉUTICO
sos fármacos; por el contrario, no parece haber
diferencias apreciables entre ambos sexos. En
pacientes hospitalizados se ha documentado la
sensación subjetiva de sequedad de boca desde
un 33% de los pacientes con cáncer en salas de
cuidados paliativos, hasta en más del 75% de
los pacientes terminales. En pacientes con SIDA,
esta incidencia se puede cifrar en torno al 30%.
Etiología
Las formas transitorias de xerostomía tienen
un origen esencialmente funcional. Aparece en
todos los casos de deshidratación y, en ocasio-
nes, acompañando a la anorexia nerviosa, al
tabaquismo, así como al empleo eventual de
fármacos.
La xerostomía crónica puede implicar la pre-
sencia de alteraciones relacionadas directa-
mente con las glándulas salivares o ser el resul-
tado de trastornos sistémicos. Entre las causas
más comunes se pueden incluir el uso de ciertos
medicamentos, diabetes mellitus no controlada,
terapias oncológicas (radiación o quimiotera-
pia), alteraciones psicológicas, enfermedades
autoinmunes como el síndrome de Sjögren y el
lupus eritematoso sistémico entre otras.
Los fármacos son los responsables de
la mayoría de los casos de xerostomía de
larga evolución.
No obstante, rara vez pro-
vocan un daño irreversible a las glándulas sa-
livares, aunque la deficiencia salival puede per-
sistir durante algún tiempo después de haber
finalizado un tratamiento prolongado
.
Son nu-
merosos los medicamentos susceptibles de au-
mentar, disminuir o alterar la composición del
fluido salival, fundamentalmente por sus efec-
tos sobre el sistema nervioso autónomo, o bien
por acción directa sobre los procesos celulares
necesarios para la salivación. Adicionalmente,
pueden afectar indirectamente el flujo salival
por alteración del balance de los fluidos y elec-
trólitos o por perturbar el flujo sanguíneo hacia
las glándulas salivares.
Los
antipscóticos
,
como las fenotiazinas
(
clorporamazina, etc) y las butirofenonas (ha-
loperidol), son los que la producen con mayor
frecuencia. Los
antidepresivos
producen una
elevada incidencia de sequedad de boca; en
este sentido, tanto los
tricíclicos
(
imipramina,
amitriptilina, etc) como los
inhibidores selecti-
vos de la recaptación de serotonina
(
fluoxetina,
sertralina, citalopram, etc.) producen xerosto-
mía en el 20-30% de los pacientes, aunque son
los tricíclicos los que lo hacen con mayor inten-
sidad. Otros fármacos relacionados frecuente-
mente con xerostomía son
1
:
antiespasmódicos
de tipo anticolinérgico (atropina, oxibutinina),
antidiarreicos (loperamida, difenoxilato), anti-
histamínicos (clorfenamina, loratadina), antiin-
flamatorios no esteroídicos (piroxicam, ibupro-
feno), diuréticos (hidroclorotiazida, amilorida),
analgésicos opiáceos (morfina), ansiolíticos
(
diazepam), relajantes musculares (baclofeno),
descongestivos (fenilpropanolamina, pseudo-
efedrina), broncodilatadores (ipratropio, sal-
butamol), antiparkinsonianos (levodopa, bipe-
rideno), antiacnéicos (isotretinoina), etc.
Hay numerosas
patologías de carácter
sistémico
capaces de afectar el flujo salival.
Algunas como los de origen autoinmune, la
hipertensión, la diabetes mellitus, o los trastor-
nos neurológicos y la depresión, se relacionan
con una destrucción progresiva del parénquima
glandular, casi siempre en forma irreversible.
Otras veces pueden verse afectados los vasos
o los nervios ocasionando efectos pasajeros.
Entre las
enfermedades autoinmunes
rela-
cionadas específicamente con la xerostomía se
encuentran el síndrome de Sjögren, la artritis
reumatoide, el lupus eritematoso sistémico y la
esclerodermia. Son comunes en estas enferme-
dades la sequedad en la mucosa bucal, así como
en las mucosas oculares, vaginales, faríngeas,
laríngeas y nasales. De todas ellas, sin duda, es
el
síndrome de Sjögren
es el que más afecta a
las mucosas.
El
síndrome de Sjögren
es una enfermedad
autoinmune inflamatoria crónica, caracterizada
por el reemplazo progresivo del parénquima de
las glándulas salivares y lagrimales por un infil-
trado inflamatorio. Puede presentarse sola (sín-
drome de Sjögren primario) o en asociación con
otras enfermedades autoinmunes reumatoides,
como la artritis reumatoide, el lupus eritema-
toso sistémico, la esclerodermia, la cirrosis biliar
1
Se indican algunos ejemplos de medicamentos en cada
uno de los grupos citados, aunque la relación podría ser mucho
más amplia.