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REVISIÓN
Panorama Actual Med 2012; 36 (358): 917-925
Como en años anteriores, el
Centro Europeo
para el Control y la Prevención de las Enfer-
medades
,
ECDC
,
ha promovido en 2012 el Día
Europeo para el Uso Prudente de Antibióticos
en  Europa. Excepcionalmente, este año ha tenido
lugar el 16 de noviembre, viernes, ya que el 18
fue domingo.
La celebración del Día Europeo del Uso Pru­
dente de Antibióticos es una excelente oportu­
nidad para poner de relieve la importancia capi­
tal de la profesión farmacéutica en el ámbito de
la salud pública, como elemento inseparable e
imprescindible de su actividad global. Y, en este
sentido, la lucha contra la resistencia bacteriana
a los antibióticos constituye un elemento de pri­
mer orden, dado que el nivel de resistencia de
determinadas bacterias a los agentes antibac­
terianos alcanza o incluso supera el 25% de las
cepas aisladas en varios países de la Unión Euro­
pea, entre ellos España. En este sentido, la
Orga-
nización Mundial de la Salud (OMS)
y el
Centro
Europeo para la Prevención y el Control de las
Enfermedades (ECDC)
estiman que las bacte­
rias resistentes a los antibacterianos causan en
la Unión Europea (junto con Noruega e Islandia)
alrededor de 400.000 infecciones, 2,5 millones
de días adicionales de hospitalización y 25.000
muertes por año, generando un gasto superior
a los 1.500 millones de
por los costes deriva­
dos de la atención sanitaria y de la pérdida de
productividad. En esta misma línea,
cada año se
producen unos 440.000 casos nuevos de tuber­
culosis multirresistente en el mundo, que causan
al menos 150.000 muertes.
Los antibacterianos constituyen un amplio y
heterogéneo grupo de medicamentos cuya utili­
zación en medicina humana y veterinaria ha su­
puesto un progreso extraordinario para la calidad
de vida sanitaria de las personas. Como ocurre con
cualquier medicamento, los antibióticos requieren
ser utilizados adecuadamente, en las circunstan­
cias y con las condiciones requeridas para cada
paciente, con el fin de obtener el máximo nivel
de eficacia, todo ello con el menor riesgo posible.
Sin embargo, los antibióticos plantean el problema
adicional de la resistencia.
La
resistencia bacteriana
surge a través de un
proceso de selección adaptativa bajo la acción del
propio agente antimi­crobiano. En cualquier pobla­
ción bacteriana existen de forma natural bacterias
que no son afectadas por concentraciones que
habitualmente inhiben a la mayoría de los micro­
organismos pertenecientes a esa población; tales
bacterias se denominan
mutantes resistentes
.
Al
someter a una población bac­teriana que contiene
mutantes resistentes a la acción de un agente an­
tibacteriano puede producirse un efecto destruc­
tivo sobre la subpoblación sensible, mientras que
la subpoblación resistente puede continuar su de­
sarrollo, llegando a sustituir a toda la población
bacteriana (pro­ceso de selección).
En condiciones habituales (dosis adecuada,
pauta, tiempo de tratamiento), los procesos de se­
lección no se manifiestan o tienen escasa trascen­
dencia clínica; sin embargo, el abuso en el empleo
de los agentes antimicrobianos y su mala utiliza­
ción duran­te años ha originado una fuerte presión
selectiva en el mundo microbiano, lo que ha favo­
recido el incremento de las poblaciones resisten­
tes. La persistencia de las poblaciones resistentes
en un proceso infeccioso se asocia con el fracaso
terapéutico.
Los procesos de selección y emergencia de po­
blaciones resistentes a antibacterianos pueden evi­
tarse o atenuarse teniendo en cuenta:
––
El antibiótico utilizado: se deben elegir
antibió­ticos para los cuales las poblaciones
bacterianas pre­senten escaso número de mu­
tantes resistentes.
––
La dosis empleada: las dosis elevadas de anti­
bióticos persiguen conseguir concentraciones
de an­tibiótico en el lugar de la infección que
incluso sean capaces de eliminar los mutan­
tes resistentes.
––
La combinación de varios antibacterianos:
la probabili­dad de mutantes resistentes a
dos antibacterianos diferentes es extrema­
damente baja.
La resistencia a los antimicrobianos también
puede producirse por inter­cambio del material
genético (genes de resistencia) responsable de la
resis­tencia entre las diferentes poblaciones bacte­
rianas. Obviamente, las bacterias resistentes que
hayan adquirido genes de resis­tencia y que se ex­
Día europeo del uso prudente de antibióticos:
La lucha contra la resistencia bacteriana