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Panorama Actual del Medicamento
REVISIÓN
función de la carga local que se manifiesta a través
del movimiento del fluido de las fibras que fijan los
osteocitos a las paredes en los canalículos óseos.
Las UBM actúan en cada zona del hueso diri-
giéndose hacia la zona que requiere ser reempla-
zada o restaurada. Para ello, avanza a través de la
superficie trabecular excavando y reemplazando el
tejido. Para ello, los osteoclastos y osteoblastos
actúan de forma coordinada, completando cada
ciclo de remodelado óseo. Dicho ciclo comienza
con la activación de la superficie del hueso en re-
poso, a través de mecanismos todavía desconoci-
dos, lo que atrae desde el torrente circulatorio a
los precursores de los osteoclastos. La fase resor-
tiva o de resorción ósea se inicia con la formación
de las fosas de resorción (lagunas de Howship) y
finaliza con la autodestrucción de los osteoclastos,
mediante un proceso de apoptosis. Dado que el
proceso de destrucción es más rápido que el de
regeneración, cualquier aumento en el ritmo de
remodelado conduce inexorablemente a una pér-
dida de masa ósea. De igual manera, un exceso de
resorción puede producir la destrucción de estruc-
turas trabeculares, lo que deja al hueso sin patrón
para una nueva formación de hueso.
Hay una serie de marcadores bioquímicos de re-
modelado óseo que permiten establecer, al menos
de forma indirecta en qué situación está el proceso
de formación/resorción y, en consecuencia, facili-
tar el diagnóstico clínico del estado metabólico del
hueso. De todos estos marcadores, posiblemente
los más empleados son los
telopéptidos
3
C
y
N
.
El mecanismo patogénico por el que se regula
el crecimiento y la pérdida de hueso en función de
estímulos mecánicos que deforman localmente el
mismo (fuerza, presión, torsión) se conoce como
mecanostato óseo. De acuerdo con él, el aumento
de la fuerza muscular ejercida sobre el hueso (du-
rante el crecimiento o en respuesta al incremento
de la carga) o la disminución de la carga (por inac-
tividad o inmovilización) afectan a la masa, al ta-
maño y a la resistencia del hueso de forma positiva
o negativa, respectivamente.
Sin embargo, como hemos indicado antes, la
remodelación ósea viene regulada por factores
3
Son porciones terminales de la triple hélice del colágeno
tipo I: una de ellas termina con un grupo carboxilo (C-telo-
péptido o CTx) y las otras dos con una amina (N-telopéptido
o NTx). Se trata de fracciones de bajo peso molecular, lo que
permite su eliminación con la orina y, en consecuencia, su de-
terminación analítica. No obstante, los telopéptidos C y N se
determinan más habitualmente en sangre, por ser más precisos
los valores.
tanto locales como sistémicos; es decir, el proceso
de adaptación del hueso a la carga no se justi-
fica exclusivamente por un efecto mecánico, sino
que depende también de factores genéticos – de
hecho, la mayor parte de la masa ósea de un su-
jeto depende de su genética – y del estado nor-
mal de las células implicadas, así como de factores
neurovasculares locales y regionales del hueso.
Estos factores del proceso de remodelación ósea
pueden ser recapitulados de la siguiente forma:
Factores mecánicos:
––
Fuerza de la gravedad
––
Peso
––
Tipo y grado de actividad física habitual
––
Contractilidad muscular
––
Esfuerzo
––
Estados prolongados de ingravidez
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o reposo
Factores no mecánicos
––
Hormonas
––
Factores locales (autocrinos y paracrinos)
––
Edad
––
Sexo
––
Predisposición genética
––
Dieta (con especial mención a los minerales,
particularmente calcio)
––
Tipo y duración de la ocupación laboral
––
Patologías osteoarticulares (artritis reuma-
toide, especialmente)
Regulación hormonal del metabolismo óseo
La regulación hormonal del metabolismo del
fósforo y del calcio se realiza fundamentalmente
mediante dos hormonas, la hormona paratiroidea
(
PTH), el calcitriol o 1-25-dihidroxicolecalciferol
(
metabolito activo de la vitamina D3) y las hormo-
nas sexuales. En menor medida, también partici-
pan la calcitonina, la somatropina u hormona del
crecimiento (GH), la tiroxina y los glucocorticos-
teroides.
La
hormona paratiroidea
(
PTH), elaborada en
las glándulas paratiroideas, es la hormona hiper-
calcemiante por excelencia. Actúa directamente
sobre el hueso estimulando los osteoclastos y fa-
voreciendo la resorción ósea, para lo cual requiere
la presencia de vitamina D; también actúa en el
riñón, incrementando la reabsorción tubular distal
de calcio. Por último, y de forma indirecta, actúa
sobre el intestino, estimulando la síntesis de calci-
triol que, a su vez, aumenta la absorción de calcio.
4
La falta o déficit de gravedad es un problema aún no
resuelto definitivamente en los programas espaciales.