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Panorama Actual del Medicamento
REVISIÓN
sometidas a mayor carga y tensión (cervicales y
lumbares).
Deformidades:
las fracturas vertebrales múlti-
ples por compresión pueden producir aumento
de la
cifosis
torácica y de la
lordosis
cervical,
lo que en la mujer se denomina “joroba de la
viuda”. Las últimas costillas pueden llegar a
contactar con la cresta ilíaca provocando rela-
jación del diafragma, lo que es causa de ma-
nifestaciones digestivas (hernia de hiato, me-
teorismo) y respiratorias (disnea). Además, se
producen alteraciones del panículo adiposo y la
presencia de pliegues cutáneos en la espalda,
región púbica y ombligo. Asimismo, la hiperci-
fosis provoca dolor cervical, ya que la paciente
intenta mantener la cabeza erguida por medio
de una hiperextensión cervical.
Reducción de la talla (altura corporal):
las
fracturas vertebrales y la hipercifosis
1
pueden
dar lugar, en algunos casos, a una reducción de
la talla de 10-20 cm.
EPIDEMIOLOGÍA E IMPACTO
SOCIOECONÓMICO
Se estima que el número de fracturas del cue-
llo del fémur se triplicará en el mundo, pasando
de 1,7 millones en 1990 a 6,3 millones en el año
2050.
Actualmente son Europa y América del
Norte los lugares en donde este tipo de fractu-
ras es más numeroso; pero la evolución demo-
gráfica en los próximos 50 años va a provocará
previsiblemente un importante aumento de esta
patología en Asia, África y América del sur, de-
bido al aumento sin precedentes de las personas
ancianas en estas zonas del planeta. Esto va a
suponer que hacia la mitad del siglo XXI se regis-
trará el 75% del total mundial de fracturas del
cuello del fémur en los llamados países en vías
de desarrollo.
1
La cifosis y la lordosis son, en realidad, curvaturas nor-
males de la columna vertebral en el plano lateral. La
cifosis
fisiológica implica la normal curvatura de la columna
dorsal
hacia fuera (atrás) y dos
lordosis
fisiológicas lo están hacia
dentro (delante), a nivel
cervical
y
lumbar
.
Cuando alguna de
estas curvaturas es mayor de lo considerado como normal (hi-
percifosis o hiperlordosis), la columna se deforma, dando lugar
a la característica “chepa” o “joroba”. Por su parte las curvas
escolióticas o escoliosis (curvaturas hacia los lados, visto desde
un plano frontal) siempre se consideran patológicas.
La incidencia y prevalencia de la osteoporosis
ha ido en aumento en los últimos 60 años. Aproxi-
madamente 100 millones de personas a escala
mundial presentan osteoporosis, están en riesgo
de padecerla, o bien sufren alguna enfermedad
relacionada con la pérdida de masa ósea. Además,
se estima que es la enfermedad crónica no trans-
misible más prevalente en todo el mundo, espe-
cialmente en mujeres mayores de 65 años.
En España, la osteoporosis afecta a un 35% de
mujeres mayores de 50 años, porcentaje que se
eleva a un 52% en las mayores de 70 años. Como
se ha indicado anteriormente, la osteoporosis pro-
duce en España alrededor de 90.000 fracturas de
cadera y 500.000 fracturas vertebrales cada año,
siendo la incidencia de fractura de cadera aproxi-
madamente de 7 casos por 1.000 habitantes/año.
Se ha estimado que el riesgo de una mujer es-
pañola de más de 50 años de padecer a lo largo
de su vida una fractura de cadera es entre el 12-
16%;
aún más, una tercera parte de las mujeres y
una sexta de los varones que llegan a los 90 años
acabarán sufriendo una fractura de cadera. Las
fracturas del tercio superior de fémur – agrupadas
bajo el término de fractura de cadera – son las más
importantes, no solo por ser las que conllevan una
mortalidad mayor, (del 15% al 50% en los pri-
meros meses, con una media del 20%), sino por
el elevado gasto sanitario que suponen y porque
muchos quedan parcialmente inválidos y requie-
ren cuidados especiales.
La prevalencia del síndrome osteoporótico es
mucho más baja entre personas de raza negra.
En cuanto al sexo, la proporción en mujeres es de
6:1
con relación a los hombres, antes de los 65
años, mientras que tras dicha edad es tan solo 2:1.
Aunque tradicionalmente la osteoporosis se asocia
al envejecimiento, también afecta a ciertas pobla-
ciones específicas de niños y adolescentes, gene-
ralmente como consecuencia del padecimiento de
otros trastornos (osteoporosis secundaria).
La
fractura de cadera
es la consecuencia di-
recta más grave de la osteoporosis, ya que precisa
el ingreso hospitalario y un tratamiento quirúr-
gico. Además, como se indicó, lleva asociada una
mortalidad del 20% a los seis meses y del 25% al
cabo de un año, y una incapacidad que obliga a
asistencia y cuidados permanentes en el 50% de
los casos.
En España, la población de riesgo estimada para
este tipo de fracturas es de 2 millones de perso-
nas, con todo lo que ello implica de costes sani-