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« Previous Page Table of Contents Next Page »563 Panorama Actual del Medicamento
REVISIÓN
La técnica es sencilla y segura, con sólo unas pocas complicaciones descritas en la literatura, produciendo pocas molestias al paciente. La ob-tención de la muestra ha de efectuarse cuidado-samente siendo precisas de tres a seis aspiraciones por nódulo para la mayoría de los expertos. Las células se clasifcan por su aspecto citológico en
benignas, indeterminadas o sospechosas, y malig-nas.
El diagnóstico de carcinoma papilar de tiroi-des por PAAF sobre la base de los cambios nu-cleares característicos es especialmente fable y preciso, con una sensibilidad y especifcidad cer-canas al 100%. Para las neoplasias foliculares, sin embargo, la utilidad de la PAAF es mucho más baja, pudiendo llegar a ser tan sólo del 8 % utilizando criterios estrictos de malignidad. Esto limita mucho la utilidad de la PAAF en las regiones con défcit de yodo, donde la inciden-cia de carcinoma folicular de tiroides se acerca al del papilar y los nódulos adenomatosos son prevalentes 3.
Las técnicas de inmunoquímica con anti-cuerpos monoclonales pueden ser un comple-mento a la citología estándar, mejorando la precisión diagnóstica en los casos de PAAF de lesiones foliculares.
La tasa de cáncer en nódulos quirúrgica-mente resecados con PAAF no diagnósticas es del 10 al 20% 3. Algunos autores recomiendan la supresión de TSH con tratamiento con levoti-
roxina , que algunas veces puede disminuir el tamaño de los nódulos benignos . Para otros esta estrategia tiene dudoso valor pues una proporción significativa de nódulos benignos no disminuye su tamaño y algunos carcinomas sí lo hacen.
Por lo tanto la prueba diagnóstica funda-mental que se debe pedir en la evaluación de un nódulo tiroideo es la PAAF. No obstante pueden diagnosticarse falsos negativos, cuya causa más probable es que la muestra sea inadecuada, y obliga a repetir la punción; o falsos positivos, por encontrar hallazgos sos-pechosos que no es posible diferenciar citoló-gicamente: tumores foliculares, tumores de cé-lulas de Hürtle o algunos carcinomas papilares bien diferenciados.
En la siguiente tabla se refleja la actitud a se-guir una vez conocido el resultado de la PAAF. En cuanto a la indicación de la PAAF en BMN , ésta se recomienda ante la existencia de un nódulo dominante (de mayor tamaño que los demás, que haya crecido de forma aislada o que haya crecido a pesar de que el paciente realizara tratamiento con hormona tiroidea). Es muy importante tener en cuenta que el riesgo de cáncer de tiroides es el mismo en un nó-dulo único que en un nódulo dominante de un BMN. Se debe solicitar una PAAF si el nódulo tiroideo único o el nódulo dominante es mayor de 1 cm.
Tabla 4. Protocolo de actuación tras la PAAF
Resultados Diagnóstico Actuación
Inadecuada no satisfactoria o no diagnóstica
Muestra con escasas células o células no foliculares
Repetir PAAF
Benigna o negativa
Nódulo o quiste coloide, t. de Hashimoto, tiroiditis
Observación y seguimiento
Si lesiones clínicamente sospechosas esta indicada la cirugía aunque la citología sea benigna
Sospechosa o indeterminada
La citología sugiere lesiones malignas pero no cumplen criterios para un diag-nóstico defnitivo. Proliferación folicular, tumores de c. de Hürtle, tumores papilares atípicos.
Cirugía y diagnóstico.
Maligna o positiva
Cáncer de tiroides primarios metastásicos
Cirugía; búsqueda del tumor primario
Modifcada de Chow LS, et al
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