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441 Panorama Actual del Medicamento

REVISIÓN

Están comercializados en España como anticuer­ pos frente al receptor del Factor de Crecimiento Epidérmico Humano (EGFR/HER), trastuzumab, cetuximab y panitumumab.

Por su parte, el factor de crecimiento del endo-telio vascular (VEGF) es un potente inductor de la formación de vasos sanguí­neos durante el desarro­ llo embrionario (vasculogénesis) y tiene un papel fundamental en el crecimiento de vasos nuevos en el adulto (angiogénesis), por lo que se consi­deró una potencial diana para impedir el crecimiento tu­moral. El bevacizumab se une al VEGF, inhi­ biendo así la unión de éste a sus receptores Flt-1 (VEGFR-1) y KDR (VEGFR-2), que normalmente se expresan en las células endotelia­les, estando prácticamente ausentes en otras células del orga­ nismo, a excepción de las del glomérulo renal. La neutralización de la actividad biológica del VEGF produce una regresión de la vascularización de los tumores, normaliza la vasculatura residual del tu­ mor e inhibe la neovascularización tumoral, inhi­ biendo así el crecimiento del tumor. Los efectos adversos más frecuentes son hipertensión, fatiga o astenia, diarrea y dolor abdominal. Las más graves son perforaciones gastrointestinales, hemorragias y tromboembolismo arterial.

El receptor CD20 se expresa en los linfocitos pre-B y B maduros, tanto normales como tumo­ rales, pero no en células madre hematopoyéticas, células pro-B, células plasmáticas normales ni en otros tejidos nor­males. Su ligando endógeno se expresa en la superfcie de las células B, impli­ cada en la restricción de la diferenciación de las mismas, denominada Bp35, que es expresada duran­te las fases más precoces. Se ha observado que este receptor se expresa en más del 95% de los linfomas no Hodgkin de células B. Como an­ ticuerpos monoclonales dirigidos frente al recep­ tor CD20 están registrados en España rituxmab y ibritumomab.

El alemtuzumab se une específcamente a CD52, una glicoproteína de membrana que se en­ cuentra presente en más del 95% de todos los lin­ focitos (B y T) y monocitos, tan­to normales como malignos (expresada prácticamente en el 100% de los casos de leucemia linfocítica crónica, así como en la mayoría de los casos de linfomas no Hodg­ kin), presentes en sangre periférica. Por su parte, el catuxomab presenta 2 sitios de unión a diferen­ tes epítopos: molécula de adhesión de la célula epitelial humana (EpCAM), sobreex­presada en la mayoría de los carcinomas; y el re­ceptor CD3, expresado en las células T e implicado en su acti­

vación. Por otra parte, se une respec­tivamente a los receptores CD64 y CD16 expresados en células presentadoras de antígenos, macrófagos y células NK. La interacción del anticuerpo con sus dianas faci­lita la aproximación de las células del sistema inmune a las células tumorales y desencadena una respuesta inmune que implica la activación de las células T, cito­toxicidad celular dependiente de an­ ticuerpos y fago­citosis, que conducen a la destruc­ ción de las células tumorales, reduciendo la carga tumoral, causante de la ascitis maligna.

Inmunoestimulantes y citoprotectores

El mejor conocimiento de la fsiología del sis­ tema in­mune y el desarrollo de la biotecnología han permitido la obtención de mediadores celula­ res análogos a los naturales, que permiten abor­ dar el tratamiento del pa­ciente oncológico desde 2 perspectivas: por un lado, la potenciación de la respuesta del sistema inmune frente al cáncer; y, por otro, combatir los efectos adversos de los ines­ pecífcos citostáticos tradicionales.

La mielodepresión asociada a la mayoría de los agentes quimioterápicos empleados en el trata­ miento del cáncer constituye el principal factor limitante de su uso. Hoy, la biotecnología nos fa­ cilita la disponibilidad de citocinas, obtenidas por recombinación genética, que permiten la recupe­ ración de las distintas líneas celulares hematopoyé­ ticas afectadas por la quimio­terapia, posibilitando el empleo de dosis más altas o combinaciones de fármacos, minimizando los efectos adversos gra­ ves, como la neutropenia febril.

Las citocinas se pueden clasifcar en función de sus efectos funcionales, aunque teniendo en cuenta que cada citocina tiene múltiples acciones y puede perte­necer a más de una categoría: –– Mediadores de la inmunidad natural : implica­dos mayoritariamente en la infamación aguda y en las defensas antes de que se inicie la respuesta inmu­nitaria. Entre ellos pueden citarse al TNF-α, la inter­leucina 1 (IL-1), la IL-6, las quimiocinas (IL-8) y los interferones. Son inducidas por agen­ tes infecciosos en los fagocitos mononucleares. –– Reguladores linfocitarios . Producidas mayo­ ritariamente por linfocitos CD4 en respuestas específcas de Ag. Entre ellas están algunas in­ terleucinas: IL-2, IL-4 e IL-10.

–– Reguladores de leucocitos inmaduros . Implica­ dos en la hematopo­yesis y en el crecimiento y diferenciación de las células progenitoras de la médula ósea. Se denominan colec­tivamente

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