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« Previous Page Table of Contents Next Page »338 Panorama Actual del Medicamento
REVISIÓN
El Grupo 2 se caracteriza por un elevado grado de dolor junto a la presencia de elevadas puntuaciones en cuestionarios de depresión y de catastrofsmo. El Panel considera que la de-presión es un aspecto clave en el tratamiento del dolor porque disminuye la efcacia de los analgésicos. El catastrofsmo también corre-laciona con mayor intensidad y sensibilidad al dolor, así como a mayor discapacidad. Por otra parte, está demostrado que el papel del catas-trofsmo, como factor de cronifcación y disca-pacidad, es mucho más importante en la fbro-mialgia que en otras enfermedades. Por ello, el Panel recomienda que si existen niveles mo-derados o graves de depresión se recomienda utilizar un antidepresivo, siendo de elección los duales: duloxetina (60-120 mg/día) o milnaci-pram (100 mg/día), aunque este último no está comercializado en España. Los antidepresivos tricíclicos son igual de efcaces, pero presentan múltiples efectos secundarios e interacciones medicamentosas, por lo que son peor tolerados en pacientes polimedicados, como es habitual en fbromialgia. Asimismo, en caso de niveles elevados de hiperalgesia está indicado el uso de gabapentina o pregabalina. Con un nivel menor de evidencia científca, el Panel considera que si existen niveles moderados o graves de ansiedad puede recomendarse utilizar un antidepresivo (ISRS, duloxetina o venlafaxina) o pregabalina. Por último, el Grupo 3 se caracteriza por presentar valores normales de depresión y an-siedad, muy bajos valores de catastrofsmo y el más elevado control percibido sobre el dolor, pero elevada hiperalgesia y sensibilidad al dolor. Dadas sus características, este grupo es el que teóricamente menos se benefciaría de un trata-miento farmacológico encaminado a mejorar el estado anímico, o al menos que intente ayudar a afrontar los síntomas anímicos relacionados con la enfermedad. Tampoco sería el grupo más indicado para realizar terapias cognitivas encaminadas a reforzar dicho estado anímico y/o de afrontamiento de la enfermedad, ya que éste se encuentra en un nivel adecuado. De acuerdo con lo anterior, el Panel consi-dera que en los pacientes del Grupo 3 serían recomendables terapias psicológicas de man-tenimiento a lo largo de la enfermedad de las variables positivas. Con un nivel inferior de evi-
dencia científca, se estima que en pacientes con fbromialgia con alto grado de afrontamiento de la enfermedad y con bajo perfl catastrofsta de su problema, no se puede recomendar de forma general tratamiento farmacológico y/o psicológico de tipo cognitivo-conductual, ya que parten de un adecuado nivel para convivir con su enfermedad; en cualquier caso, el trata-miento farmacológico se debería proponer para tratar el dolor y los síntomas añadidos a la en-fermedad, según la evidencia clínica disponible y experiencia del médico, al igual que en los otros grupos. Finalmente, se debe recomendar ejercicio aeróbico supervisado, como en el resto de grupos.
ATENCIÓN FARMACÉUTICA
La extraordinaria complejidad de la fbromial-gia, su amplia gama de síntomas, el desconoci-miento de su etiología y la ausencia de marca-dores biológicos que permitan su objetivación y evolución cuantitativa, constituye un entra-mado de difcultades que hacen del paciente una víctima frecuentemente incomprendida y terapéuticamente insatisfecha. Con esta pers-pectiva, la atención que requiere el paciente con fbromialgia es, obviamente, multidiscipli-nar.
La difcultad para alcanzar un diagnóstico médico, la ausencia de un tratamiento autén-ticamente efcaz, así como la sensación de im-potencia que llegan a soportar muchos de los pacientes – frecuentemente tratados como en-fermos imaginarios – tienden a acrecentar su aislamiento y su desconfanza en el sistema sa-nitario y, en muchas ocasiones, en la propia so-ciedad. Por ello, cualquier esfuerzo que se rea-lice en afrontar este problema y luchar contra el aislamiento y la incomprensión será bienvenido. La fbromialgia requiere un cuidadoso y por-menorizado diagnóstico médico. Pero, para ello, es preciso que el paciente acuda a la con-sulta médica. Dada la condición de la propia enfermedad, frecuentemente asociada a otras, puede pasar fácilmente desapercibida para el paciente, que entiende que muchos de sus sín-
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