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330 Panorama Actual del Medicamento

REVISIÓN

células de la glía y no necesariamente implica una destrucción neuronal. Los datos parecen sugerir que un tratamiento adecuado del dolor crónico facilita la recuperación del tamaño original de la materia gris en estas localizacio-nes, aunque no se sabe si el dolor crónico pro-longado sería capaz de producir un deterioro irreversible. Por otro lado, tampoco se sabe si las alteraciones de la materia gris son la causa o tan solo la consecuencia del dolor crónico, aunque los cambios sí parecen derivar de la hi-perexcitabilidad central. Esto último permitiría que la administración de fármacos susceptibles de reducirla podría retrasar o incluso revertir la pérdida de materia gris.

La hipótesis neuroendocrina parte de las observaciones de que en los pacientes con f-bromialgia parece existir una disfunción en el eje hipotálamo-hipófsis-adrenal y en el eje

locus ceruleus -noradrenalina, ambos compo-nentes críticos de la respuesta de adaptación al estrés y que son estimulados por hormona liberadora de corticotropina secretada por el hipotálamo, la amígdala y otras estructuras ce-rebrales. Otra alteración endocrina que se ha observado es la existencia de bajos niveles de hormona del crecimiento – somatropina – en estos pacientes; dicha hormona, además de re-gular la estatura fnal de los niños y adolescen-tes, tiene la importante misión de reparar los daños ocurridos en músculos y tejidos durante los procesos cotidianos.

Bien como consecuencia de un défcit de se-rotonina, que puede provocar una disminución en la producción de somatropina y en la se-creción de cortisol, o bien por causas centrales hipotalámicas primarias, el défcit de estas hor-monas desencadena fallos mutifuncionales de respuesta al estrés por disminución del feedback adrenocortical y que explicaría el intenso y per-manente cansancio que sufren estos pacientes. Explicaría también en parte, la reducción de la tolerancia al dolor, síntoma que se manifestan especialmente tras realizar ejercicios violentos. De hecho, algunos autores proponen que la disminución conjunta de los niveles de corti-sol, prolactina y somatropina, podrían ser unos buenos marcadores bioquímicos de la presen-cia de fbromialgia. Igualmente, la defciencia de deshidroepiandrosterona (DHEA) podría ser

otro mediador en la patogenia de la enferme-dad, dado que se ha encontrado una impor-tante defciencia de DHEA y testosterona en mujeres con fbromialgia.

En relación a la hipótesis según la cual la fbromialgia tendría un origen muscular , no parece que existan factores periféricos locales o generalizados capaces de explicar la implicación del músculo en la patogenia de esta enferme-dad. Por otro lado, su dispersión y simetría no se podría explicar sin implicar al sistema inmune en la etiología de la fbromialgia y, en la prác-tica, no se ha demostrado que ningún proceso sistémico esté involucrado, pese a que se ha investigado extensamente en este campo. Finalmente, la teoría del origen psicógeno podría justifcar en gran medida la ausencia de hallazgos orgánicos en pacientes con fbromial-gia, así como las respuestas imprevisibles a los tratamientos y la imposibilidad de establecer criterios pronósticos por la amplia variabilidad evolutiva del cuadro. Sin embargo, si la pato-logía fuese meramente psicógena, un abordaje terapéutico psiquiátrico debería hacer que re-mitiesen tanto los síntomas del área afectiva – depresión, ansiedad, cansancio y trastorno del sueño – como también los síntomas del área sensorial – dolor generalizado y puntos doloro-sos –, lo cual no sucede nada más que en una mínima parte de los pacientes.

Por tanto, existen tantos datos a favor como en contra para considerar a la fbromialgia den-tro de los trastornos de origen psicógeno. En cualquier caso, parece claro que los pacientes con fbromialgia tienen una percepción de en-fermedad mayor que otros enfermos con en-fermedades reumatológicas, aún a pesar de no acompañarse de las graves lesiones degenera-tivas de algunas de ellas y una comorbilidad bastante más elevada que otras enfermedades crónicas con tasas más altas de trastornos del ánimo, depresión y/o ansiedad.

Esta mayor percepción de la enfermedad por los pacientes en el caso de la fbromialgia contribuye en ocasiones a que el médico tenga la percepción de estar ante un enfermo que magnifca su situación, lo que, a su vez, con-duce que el paciente perciba un sentimiento de rechazo y frustración del médico, ante lo cual podría tratar de compensarlo de forma sutil,

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