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165 Panorama Actual del Medicamento

NUEVOS FÁRMACOS

que hablan de una tasa de padecimiento su-perior al 5% de la población. Este incremento es debido a una consideración más amplia del trastorno de bipolaridad. La edad media de inicio oscila entre los 20 y los 30 años, no existiendo grandes diferencias según la raza, la localización geográfca, las variables socioeco-nómicas o el sexo, aunque la probabilidad de sufrir ciclos rápidos, estados mixtos o cicloti-mia es tres veces mayor en las mujeres. A me-nudo, el trastorno bipolar aparece de forma familiar, aunque los factores genéticos se aso-cian sólo al 60% de los casos. Es frecuente que en las familias de pacientes con trastorno bipolar haya miembros con otros problemas psiquiátricos, como trastornos esquizoafecti-vos y depresiones mayores, trastornos consi-derados por muchos expertos como variantes de un mismo espectro.

El episodio maníaco también puede ser des-encadenado por estrés psicológico y por el tra-tamiento con antidepresivos, en especial con antidepresivos tricíclicos, siendo la incidencia menor cuando se utilizan los inhibidores se-lectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Por otro lado, el abuso de alcohol es observado en el 35-50% de los pacientes con trastorno bipolar, tasas que son ampliamente superiores a las encontradas en la población general (2,6-15,7%) o en los pacientes deprimidos (18%). La mayoría de pacientes bipolares consume cocaína (11 veces más que la población gene-ral), principalmente cuando se encuentran en estado maníaco.

La gravedad del trastorno bipolar viene dada no sólo por su clínica, sino también por la ten-dencia al suicidio. El intento de suicidio en pa-cientes bipolares se presenta en el 10-15%de los pacientes, aunque algunos estudios lo ele-van hasta un 25-50% y, al menos una quinta parte lo consiguen. Es más frecuente en bipo-lares tipo II, y aunque las mujeres presentan mayor porcentaje de intento de suicidio, los hombres lo consuman con mayor frecuencia. Aunque un pequeño porcentaje de pacien-tes bipolares muestren una capacidad pro-ductiva y creativa elevada durante las fases maníacas, es más frecuente que su pensa-

miento distorsionado y su juicio deteriorado, característicos de estos episodios, lleven a una conducta peligrosa. De hecho, para aquellas personas afectadas por la enfermedad, ésta es extremadamente angustiosa y perjudicial. La fsiopatología de esta enfermedad es des-conocida. No obstante, se piensa que la com-plejidad de la patología pasa por cuatro nive-les diferentes complejas relaciones entre sus componentes internos y entre los diferentes niveles. Todos estos niveles están afectados, tanto en sentido positivo como negativo, por las condiciones del entorno.

El primer nivel explica que la carga genética

proporciona vulnerabilidad o protección frente a las situaciones que rodean a la persona en la vida cotidiana. La resultante de esta inte-racción entorno/carga genética condiciona la manifestación de la misma a nivel genético y la producción de una serie de proteínas (segundo nivel), responsables de la maquinaria celular. En consecuencia, el funcionamiento de los sis-temas celulares del área límbica y estructuras relacionadas (tercer nivel) darían lugar a la ma-nifestación de la enfermedad en sus diferentes vertientes (cuarto nivel).

Por el momento, no existe un trata-miento curativo para el trastorno bipolar ; sin embargo, el tratamiento puede disminuir la morbimortalidad asociada. En este sentido, los objetivos primordiales del tratamiento están encaminados a conseguir la remisión de la sintomatología, la vuelta al funcionamiento psicosocial y la prevención de las recurrencias y las recaídas.

El manejo de la patología incluye medidas

farmacológicas (tanto de las crisis como de mantenimiento), psicoterapéuticas (indivi-dual y grupal), sociofamiliares y medidas fí-sicas (electroconvulsivoterapia).

Los denominados fármacos eutimizan-tes, timorreguladores o reguladores del humor serían aquellos agentes efcaces en la fase maníaca y depresiva del trastorno bi-polar, modifcando además la vulnerabilidad del sujeto a padecer futuros episodios de de-presión o manía, evitando por tanto las recu-rrencias y las recidivas. Todavía no hay ningún

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