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NUEVOS FÁRMACOS

Panorama Actual Med 2012; 36 (351): 164-173

TRASTORNO BIPOLAR

El trastorno bipolar es conocido también como enfermedad o psicosis maníaco-depre-siva. Se trata de un trastorno del estado de ánimo caracterizado por la aparición de osci-laciones en el humor, con episodios graves de

manía y depresión , entre los que se pueden intercalar periodos de estado de ánimo nor-mal. Estas modifcaciones cíclicas del estado de ánimo son graves y se diferencian de las varia-ciones anímicas normales de alegría y tristeza presentes en nuestra vida cotidiana.

La fase maníaca (manía) se caracteriza por euforia, optimismo y autoestima exagerados. Pueden presentarse síntomas como habla rá-pida, fuga de ideas, gran distraibilidad, sensa-ciones de irritabilidad, difcultad de concentra-ción o aumento de la energía, manifestada en su actividad laboral, escolar o sexual. En esta fase, el sujeto puede correr riesgos innecesa-rios (compras excesivas, indiscreciones sexua-les, inversiones económicas),

así como precipitarse ante decisiones impor-tantes. Se llaman episodios “hipomaníacos” a los cuadros descritos que, por ser más leves, no llegan a provocar un deterioro laboral o social. Durante la fase depresiva de la enferme-dad, el paciente puede experimentar sensacio-nes de tristeza, anhedonia (perdida del interés por las actividades con las que normalmente disfrutaba), ansiedad, sentimientos de culpa, cambios en los hábitos de comida (aumento o disminución), alteraciones del sueño (insomnio o somnolencia) y muy frecuentemente ideas autolíticas o de suicidio.

El trastorno bipolar suele ser crónico. El pa-ciente, a lo largo de su vida, va presentando episodios depresivos, alternando con los ma-níacos o hipomaníacos. De hecho, la existencia de un solo episodio maníaco basta para con-siderar al cuadro como un trastorno bipolar.

Según las clasifcaciones internacionales (CIE 10 y DSM-IV-TR), existen diversas formas de trastorno bipolar. De hecho, podríamos decir que cada persona manifesta su trastorno bi-polar particular, pero los cuadros más habitua-les son:

–– El trastorno bipolar I se caracteriza por la presencia de episodios maníacos o mixtos (episodio de manía con disforia), acompa-ñados de episodios depresivos. Para el di-agnóstico de trastorno bipolar I se requiere de forma ineludible la presencia de la fase maníaca. Sin embargo, la fase depresiva suele estar presente. En ocasiones apare-cen, antes de la fase maníaca, dos o tres episodios depresivos. La fase depresiva suele durar más tiempo (de seis a doce meses sin tratamiento) que la de manía (entre tres y seis meses sin tratamiento).

–– Los pacientes con trastorno bipolar II pre-sentan principalmente episodios de depre-sión, con brotes ocasionales de hipomanía (síntomas maníacos leves) o episodios mix-tos, pero no llegan a sufrir episodios manía-cos marcados.

–– En el trastorno ciclotímico se intercalan periodos hipomaníacos, que duran más de dos años y síntomas depresivos que no lle-gan al diagnóstico de depresión mayor. Pese a que no es tan grave como los anteriores, es más persistente y puede ser precursor de trastornos bipolares.

–– Existen algunos pacientes considerados como cicladores rápidos o impredecibles, con episodios de manía y depresión, que se alternan al menos cuatro veces en un año, y que, en casos graves, pueden incluso pre-sentar varios ciclos al día.

Clásicamente, se ha considerado que entre el 0,8% y el 1,6 % de la población mayor de 20 años tiene el riesgo de padecer un tras-torno bipolar a lo largo de su vida. Sin em-bargo, existen datos clínicos y epidemiológicos

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