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Buenas Prácticas en Farmacia Comunitaria en España
Servicio de Adherencia Terapéutica en Farmacia Comunitaria
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Procedimiento del Servicio de Adherencia Terapéutica
en Farmacia Comunitaria
1. Detección del paciente con problemas de adherencia terapéutica:
la detección puede ser
espontánea por parte del propio paciente o cuidador, o por sospecha del farmacéutico u otro profesional sanitario.
Existen una serie de factores que sirven como predictores de la falta de adherencia; los principales son:
• La complejidad del tratamiento farmacológico
• La aparición de efectos adversos producidos por la medicación
• Una inadecuada relación entre el profesional sanitario y el paciente
• La falta de coordinación entre niveles asistenciales (atención fragmentada)
• Una enfermedad asintomática
• Un seguimiento inadecuado del paciente
• La inasistencia del paciente a citas programadas
• Una falta de confianza por parte del paciente en el beneficio del tratamiento
• Una falta de conocimiento de la enfermedad por parte del paciente
• La existencia de deterioro cognitivo en el paciente o presencial de problemas psicológicos (en particular,
depresión)
• Dificultades de acceso a la asistencia sanitaria o a medicamentos
• El coste de la medicación
Estos factores pueden ser modificables o no modificables. Entre los primeros encontraríamos, por ejemplo, aque-
llos relacionados con el régimen terapéutico, el número de medicamentos prescritos o la relación entre el paciente
y el profesional sanitario. Los factores no modificables serían los problemas de salud o características sociodemo-
gráficas del paciente. A pesar de no ser modificables, sí que se podrá planificar una estrategia para influir sobre
los mismos.
2. Oferta del servicio:
si el paciente refiere tener problemas de adherencia terapéutica o si identificamos que
el paciente pudiera tener algún problema de incumplimiento, le ofreceríamos el Servicio de Adherencia Terapéutica.
3. Valoración de la falta de adherencia terapéutica:
la adherencia puede evaluarse con métodos
directos e indirectos. Todos tienen sus ventajas y sus inconvenientes, por lo que habrá que evaluar cuál es el que
mejor se ajusta a nuestras necesidades.
•
Métodos directos:
consistirían en la medición de los niveles plasmáticos de un determinado medicamento
o metabolito del mismo. También hablamos de métodos directos cuando el profesional sanitario observa
de forma presencial la toma de la medicación por parte del paciente. Son métodos exactos y fiables, pero
costosos en tiempo y dinero y con poca aplicación en la práctica diaria.
•
Métodos indirectos:
son los más habituales. Principalmente se utilizan cuestionarios que permiten determi-
nar de forma rápida y sencilla si el paciente se adhiere o no al tratamiento farmacológico. Algunos ejemplos
habituales son el test de Morisky-Green, el test de Haynes-Sackett o el test de Batalla (ver
Anexo
). Son
menos precisos, pero son sencillos, rápidos y aplicables en la práctica habitual.
Dentro de los métodos indirectos también podemos incluir los recuentos de medicación o los registros de dispen-
saciones realizadas.
4. Identificación del paciente como adherente o no adherente:
una vez realizada la valoración,
identificaremos al paciente como
paciente adherente
o
paciente no adherente
.
Si el paciente es adherente a su tratamiento farmacológico, convendrá revisar si sus problemas de salud están
controlados. Esto permitirá corroborar que realmente el paciente cumple con el tratamiento. Si se detectase algún
problema de salud no controlado habría que realizar un estudio para evaluar si se debe o no a una falta de adhe-
rencia terapéutica. En este caso, se seguiría el mismo proceso que si el paciente no fuese adherente.