FARMACÉUTICOS N.º 378 -
Octubre
2012
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Asesoramiento Farmacéutico
Antes de cualquier otra conside-
ración, deben diferenciarse cla-
ramente los tratamientos desti-
nados a producir una reducción
permanente (al menos 5 años) y
sustancial del peso (al menos un
10%)
de aquellos que persiguen
la eliminación de unos pocos
kilos de peso con una finalidad
meramente estética (cosmética).
Los primeros requieren un estu-
dio pormenorizado por parte de un endrocrinólogo y
periodos prolongados de tratamiento y de seguimien-
to. Los otros producen la pérdida de 2-4 kg de peso en
un periodo relativamente corto de tiempo, periodo que
está en proporción al que se tarda en volver, inevita-
blemente, a recuperarlos.
Para la determinación ponderaldoméstica se debe
utilizar una balanza electrónica o de balancín que ten-
ga intervalos como mínimo de 100 en 100 gramos,
adecuadamente testada. Sólo se debe llevar ropa inte-
rior, sin zapatos, y sería deseable que el registro se
efectúe siempre a la misma hora y con la misma tem-
peratura, con la vejiga y el recto evacuados.
La utilización de productos encuadrados en los lla-
mados “complementos de la dieta” tiene como fun-
ción
prevenir la aparición de déficit de vitami-
nas y minerales
,
como consecuencia de una dieta
hipocalórica empleada para el descenso leve y tempo-
ral de peso. Tampoco en la reducción de peso existen
milagros”, aunque es un sector extremadamente pro-
clive a la publicidad excesiva, con abundancia de esló-
ganes sin fundamento científico ni clínico por parte de
algunas empresas.
Por ello, no puede esperarse que el consumo de
complementos de la dieta sirva para reducir peso, sino
sólo para prevenir posibles trastornos nutricionales
por dietas excesivamente estrictas o desequilibradas.
Sin duda, la labor de prevención es fundamental, y
la oficina de farmacia constituye un centro de relevan-
cia a la hora de hacer educación sanitaria sobre nutri-
ción. Ejemplo de ello son las tres campaña de “Plenu-
far” organizadas hasta la fecha. En este sentido, debe
recordarse que los niños obesos que llegan a ser adul-
tos obesos presentan un elevado riesgo de desarro-
llar alteraciones metabólicas. La identificación de los
niños obesos y su control para que no lleguen a ser
adultos obesos constituye, por tanto, el primer paso
a dar en la prevención del síndrome metabólico y el
riesgo cardiovascular.
La mejor manera de evitar una obesidad adulta es
prevenir desde la más tierna infancia. Tanto los niños
alimentados con leche materna como con biberón pue-
den padecerla, aunque parece que aquellos alimenta-
dos al pecho la presentan de manera más infrecuente.
Los padres deben entender que no es necesario ter-
minar hasta la última gota del biberón o de la tetada
(
agotar los dos senos maternos). Debe evitarse ofre-
cer alimentos al niño sólo para tenerlo ocupado o para
distraerlo, así como premiarle con golosinas como
recompensa por comer toda la comida.
Es importante desarraigar ideas como la de que niño
sano = niño gordo, así como evitar el exceso de horas
delante de la televisión, las comidas ricas en grasas
animales, o la disminución en la práctica de ejerci-
cio físico.
Las recomendaciones sobre la dieta deben ser sope-
sadas, a fin de evitar mensajes ambiguos o erróneos.
En el caso de una obesidad leve, se debe reorganizar
la dieta, sin llegar a un nivel restrictivo. Para ello, sue-
le ser útil llevar un diario de comidas no sólo de lo
que come o cuánto come, sino también de cuándo lo
come. Esto permitirá incidir en los hábitos alimenta-
rios familiares, y en ocasiones se pueden retirar hasta
3.500
kcal diarias innecesarias.
En cualquier caso, es el endocrinólogo el profesional
que debe establecer el plan terapéutico en las personas
con obesidad. En los cuadros de mayor severidad se
requiere una restricción energética que no comporte
riesgos, de manera que se consiga una disminución del
peso progresiva, no traumática, lenta, y siempre con
un buen control de la función renal.
Para ello, se recomienda una distribución de los
nutrientes del 50% en glúcidos de absorción len-
ta (pan, pasta, legumbres, etc.), grasas el 30% y pro-
teínas el 20%, con un aporte de
energía de 80 kcal/kg/día para
niños de 6-10 años. (...).
Valoración
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