Revista Pliegos de Rebotica - Nº 142 - Octubre/Diciembre 2020

T T iempos raros, difíciles si cabe usar el término en un mundo en el que siempre hay alguien en un momento difícil. Música, poesía y farmacia todas esas artes buscan con distintas herramientas el mismo fin. La música, que el ruido desaparezca y domado por el tiempo se convierta en melodía, la poesía, que el orden de las palabras permita decir al amparo de la belleza las más dolorosas experiencias y la farmacia que devuelva a la vida su armónico, limpiando el organismo de turbación e injuria. Dicen que solo los poetas pueden decir cualquier verdad porque ellos son capaces de mentir sin daño ni ofensa en sus palabras. Tiempos difíciles para quien ama la armonía, solo puedo, guardando las distancias de calidad y mérito sentir contigo la misma honda preocupación que seguramente sientes. Cuando un organismo es sometido a un estimulo estresante en términos absolutos y de forma continuada no queda, sino que el organismo se adapte al estresor. Así sucede, el organismo deja de reaccionar a ese estímulo. El problema es que lo hace a costa de incrementar su reactividad a estímulos que antes resultaban neutros. De pronto, la rata blanca del laboratorio no reacciona a nuevas descargas aleatorias dirigidas por una tabla de números que el azar ha escogido, parece que se hizo más fuerte, pero en realidad esconde una deflación de su vitalidad y ahora muchas pequeñas cosas sacan de quicio su sistema nervioso, la presencia del experimentador, la luz, el movimiento y otras situaciones en absoluto amenazantes son experimentadas como una amenaza capaz de inducir un estado de alerta y perturbación. Así está pasando, no solo al común, también a quienes deberían centrarse en controlar y dirigir una situación de la que ya aceptamos su excepcionalidad dificultad. Para más inri tenemos los medios y redes de comunicación social en la que todos pueden expresar sin más restricción que el propio sentido común sus opiniones más o menos fundadas. Mil voces vociferan y las pocas voces que intentan decir son sistemáticamente acalladas por el ruido. Como si unos pocos músicos de talento excepcional hubieran de abrirse paso entre muchos neófitos que además usan su instrumento sin haberlo afinado con la orquesta, que poesía pude haber en el griterío de la turba, qué farmacia en los remedios recomendados sin sólida experiencia o por las oídas de otros profanos. ¿Cómo habremos de recuperar la armonía en esta circunstancia? Solo se alcanzará cuando termine el ruido y sean los músicos de talento quienes impongan los tiempos afinados a la orquesta. Así una vez acabado el ruido de chiquillería insensata habrá de llegar el orden, solo espero que no sea debido a la cruel fisiocracia que pude imponernos la realidad y que sea algún buen director con sólida y probada capacidad quien imponga a la ruidosa realidad la armonía que miles de años de cultura acumulada ponen a disposición de esta breve especie enfrentada a una situación rara y quizá, sin olvidar que siempre existe la dificultad, difícil. Posiblemente música y poesía sean la mejor metáfora de la farmacia que el mundo necesita.Y que bien ha sido defendida desde estas páginas durante seis lustros. Arte y ciencia, no puede haber contexto más hermoso porque ambas se basan en la verdad, una para embellecer el mundo y la otra para hacerlo bello. 37 2020 Margarita Arroyo Javier Arnaiz Efeméride en AEFLA Pliegos para FABULA

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