Revista Pliegos de Rebotica - Nº 142- julio/septiembre 2020

de Malaca, ya por las corrientes y vientos contrarios que encontró, tuvo que volver al puerto de donde había salido. Lorosa añadió además que, pocos días antes, una carabela con dos juncos habían venido a las islas Maluco para obtener noticias sobre nosotros; los juncos esperaban en Bachian para cargar clavos de especia, llevando a bordo siete portugueses, los que, a pesar de las amonestaciones del rey, no quisieron respetar ni a las mujeres de los indígenas ni a las del mismo rey, y fueron todos asesinados.Al saber esta noticia el capitán de la carabela juzgó oportuno partir a toda prisa y volver a Malaca, abandonando en Bachian los dos juncos con cuatrocientos “bahar” (un bahar equivale a cuatro quintales y seis libras, y cada quintal pesa cien libras) de clavos y mercancías bastantes para cambiarlas por otros cientos. El 8 de noviembre de 1521 habían llegado al Maluco, a la isla de Tidori, donde se llevaron a cabo operaciones de trueque, de manera que por el “bahar” de clavo catorce varas de paño amarillo de 27 tem (hilos), que valen en Castilla un + 5 la vara; de paño rojo, la misma cantidad de varas, y de Bretaña treinta varas, y por treinta machados (hachas para cortar madera), otro “bahar’ y teniendo así asentados los precios que van declarados, la gente de tierra les dio noticia que en otra isla de las principales del Maluco llamada Ternate vivía un portugués, quien cuando supo los precios que tenían tratados, se espantó en gran manera, diciendo que por eso no quería el rey que viniesen, para que no se informasen de los precios verdaderos. Estando en estos intercambios llegó el rey de Bargao, que poseía cuatrocientos “bahares” de clavo, que tenía comprados el rey de Portugal, y que no tenía intención de entregar, y que si ellos quisiesen se los daría todos, a lo que los capitanes respondieron que los trajese y que se los comprarían, como así fue, lo que vino a indisponer aún más, si ello fuera posible, a unos con otros; pues ello no solo contrarió al monarca lusitano, sino que lo encolerizó y su enemistad contra la expedición castellana fue en aumento. Este episodio lo refiere el propio Elcano en la carta que escribió a su cesárea majestad Carlos I cuando llegó de vuelta, en la que brevemente trata de ponerle al corriente de todo lo sucedido, sobre todo de las dificultades y penalidades pasadas desde que partieron de la última de aquellas islas, de manera que en cinco meses se alimentaron solo de trigo y arroz y bebiendo sólo agua, pues no hicieron cabotaje por temor al rey de Portugal, que tenía ordenado “en todos sus dominios de tomar esta armada, a fin de que V.M. no tenga noticia de ella, y así, se nos murieron de hambre veinte y dos hombres; por lo cual y la falta de vituallas arribamos a la isla de Cabo Verde, donde el Gobernador de ella me apresó el batel con trece hombres, y quería llevarme junto con todos mis hombres en una nave que volvía de Calicut a Portugal cargada de especiería, diciendo que solo los portugueses podían descubrir la especiería; y a éste intento armó cuatro naves para apresarme; pero resolvimos, de común acuerdo, morir antes que caer en manos de los portugueses, y así, con grandísimo trabajo de la bomba, bajo la sentina, que de día y de noche no hacíamos otra cosa que echar fuera el agua, estando tan extenuados como hombre alguno lo ha estado (…) después de pasados tres años dimos fondo en…” Preocupado por sus hombres termina la misiva en los siguientes términos:“Por lo tanto suplico a vuestra alta Majestad que provea con el Rey de Portugal la libertad de aquellos trece hombres, que tanto tiempo le han servido, y más sabráV.M: de aquello que más debemos estimar y tener es que hemos descubierto y dado la vuelta a toda la redondez del mundo, que yendo para el occidente hayamos regresado por el oriente”. El regreso fue duro porque hubo que ir sorteando los puestos portugueses, pues Elcano decidió regresar por la ruta de los lusitanos aunque, prudentemente, tomando una latitud más baja para evitar encuentros desagradables. Por todo ello, resulta chocante y nos llama poderosamente la atención, que las autoridades portuguesas quieran hoy monopolizar el V centenario de la vuelta al mundo cuando trataron primero de sabotear la expedición y, después, impedir a toda consta que se culminara. n 7 Pliegos de Rebotica 2020 5 Con este signo + se referían en los documentos antiguos a la moneda portuguesa llamada cruzado, cuyo valor correspondía a diez reales de vellón.

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