Revista Pliegos de Rebotica - Nº 141- abril-junio 2020

saber su significado. Por ejemplo aquello de que los enemigos del alma son EL MUNDO, EL DEMONIO Y LA CARNE. De niño no entendía que el MUNDO fuera mi enemigo porque a mí me encantaba estar en él. El DEMONIO no lo tenía yo muy claro, pero mi madre por un lado afirmaba que era el causante de todas las tropelías de mi niñez. Pero cuando, tras algún desmán, aunque yo inocentemente se lo atribuía al demonio, era mi trasero y no el suyo, donde mi madre aplicaba la zapatilla. Lo de la CARNE tampoco lo dominaba. Aunque la picardía de los niños de pueblo y la convivencia con los procesos naturales de reproducción hacía que supiéramos sobre este tema más que los de ciudad, no asociábamos estos dos conceptos en uno y a veces reflexionábamos sobre ello llegando a la conclusión de que consistía en que no se debía comer demasiado, sobre todo verduras, porque la carne estaba muy buena. –¿Dudas en ese tema? –No, pero reconozco que el ser humano tiene sus limitaciones y siempre me acordaré de la primera vez que fui a Jaén en pleno verano ya de adulto y coincidí en el viaje con varios amigos que también iban a hacer gestiones. Nos despedimos al llegar pero quedamos en encontrarnos al finalizar nuestros asuntos en la catedral.Yo me quedé asombrado de la piedad de mis paisanos pero no dije nada, sobre todo porque sabía que no iban a perder ocasión de ir a ver a lo que llamaban “sus sobrinas” que les recibían con mucho alborozo. A la hora prevista me dirigí a la catedral caminando sobre un suelo ardiente y bajo un sol de justicia. Penetré en el recinto y allí fue mi sorpresa. Los bancos estaban ocupados por una buena cantidad de personas que parecían sumidas en profunda meditación y hasta lo que consideré éxtasis preternatural, asombrándome la riqueza mística de las buenas y sencillas gentes de mi provincia. Se me cayeron los palos del gallinero cuando el soberbio ronquido de uno de los “absortos” vino a demostrar que lo que hacía aquella tranquila legión era echarse una pequeña siesta aprovechando el fresquito que reina en las catedrales. Fue aquella experiencia, iniciación de las especulaciones que elaboro desde hace mucho 25 Pliegos de Rebotica 2020 “ ” El calor incita a la sensualidad y el frío a la espiritualidad. ¿Estará relacionado con ello el emplazamiento y fresca temperatura de los monasterios?

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