Página 32 - Pliegos de Rebotica Nº 110 - Julio/Septiembre 2012

M
edicina y Derecho han estado relacio-
nados desde los orígenes de la humanidad. Una rela-
ción conflictiva a veces. La labor del médico estaba
limitada a comparecer como testigo ocasional ante un
Tribunal y a intentar lograr ser juez de la salud men-
tal de los criminales. No es ni ha sido fácil demos-
trar la locura ante los tribunales, sobre todo en épo-
cas en las que se tenía la creencia de que locos son
los que gritan, corren y hablan de forma permanen-
te. Sin contar los que simulan locura, los que simu-
lan epilepsia, imbecilidad e idiotismo.
Ya lo dijo Tomás Maestre (1857-1923) catedrá-
tico de Medicina Legal en la Universidad de Madrid:
La gente no tiene por locos más que a los furio-
sos y a los delirantes, a esos pobres enfermos que
aparecen ante la multitud con los cabellos en desor-
den y erizados, las bocas contraídas, lanzando entre
espumarajos, carcajadas aterradoras y rugidos de fie-
ra, sucia y miserable la amarillenta piel del temblo-
roso cuerpo...”
Para los tribunales se es loco o se es cuerdo. Se
condena o se absuelve , a la horca o a la calle. El
abogado Alfonso Ossorio y Gallardo explicaba ” Los
tratadistas jurídicos han batallado en España para que
las eximentes típicamente subjetivas sean graduadas,
despedazadas, estimadas en peso y medida. Pero el
Tribunal Supremo se ha negado a entrar en tales flo-
rituras y ha optado por un sistema cómodo: son di-
visibles, es decir, son eximentes incompletas aquellas
que en el artículo 8 del Código Penal tienen unos nu-
meritos al lado izquierdo. Las que no tienen numeri-
tos no se pueden dividir. La locura no puede ser exi-
mente incompleta porque el Código la pare de un
solo golpe. No hay para el tribunal hombres algo lo-
cos, menos locos, un poco locos, extraviados, dege-
nerados, maniáticos...nada, nada, el que no necesite
la camisa de fuerza, está en su sano juicio”.
Ejemplo de ese duelo entre Medicina y Derecho
es el caso del hombre lobo de Allariz. El proceso más
sonado de la primera mitad del siglo XIX fue sin du-
da el seguido contra Manuel Blanco Romasanta, co-
nocido como “el hombre lobo de Allariz” o el “ho-
me do Unto”. El único hombre lobo procesado
judicialmente en España. El único caso de licantro-
pía llevado a los tribunales en nuestro país.
Blanco Romasanta nació en 1809 en una aldea de
la provincia de Orense. Casó muy joven, enviudó y
se puede decir que trabajaba como buhonero, “guía
turístico”, recorriendo los caminos de su tierra, para-
jes con abundancia de robles y acebos, recovecos des-
conocidos para muchos, pero que Romasanta cono-
cía a la perfección y aun más allá llevando a gentes
hasta Asturias y Cantabria. Sabía leer y escribir, te-
nía un aspecto normal, de baja estatura, poco pelo,
rostro aniñado, ojos castaño claros, mirada dulce. Na-
da que ver con fisonomías de delincuentes “natos”.
Pasaba totalmente inadvertido. Además, era un hom-
bre afable y con ansia por aprender toda clase de ofi-
cios. Por lo mismo, hilaba, tejía, o trabajaba como
cordelero o segador. Muy devoto, amigo de ir a la
iglesia y animar a los demás a que lo hicieran.
Frecuenta los pueblos de Laza y Rebordechao y
comienzan a desaparecer personas a los que él lleva
a tierras asturianas y cántabras: Manuela García y su
hija de 15 años. Benita García y su hijo de 10 años.
Antonia Rúa y su hija. José Pazos y su madre; otra
niña de 12 años. Se extiende por tierras gallegas el
rumor de que el guía los ha matado y vendido sus
mantecas en farmacias de Portugal. Romasanta pone
tierra por medio y se traslada a un pueblo de Toledo
con otra identidad: Antonio Gomez. Allí trabaja co-
mo cedacero, y es en ese lugar donde le detienen por
unos robos y le envían a la cárcel de Allariz. Esta-
mos ya en 1852. Encarcelado, confiesa sus crímenes
manifestando que por sortilegio de una bruja, duran-
te años se transformó en lobo asesinando y desga-
rrando cuerpos. Todo lo recordaba al detalle.
El juez ordena a seis médicos realizar un dicta-
men. José Lorenzo Suárez, Vicente Feijoo, Deme-
trio Aldemira, Manuel Cid, Manuel Bouzas y Ma-
nuel González. Por supuesto sin preparación
científica en trastornos mentales. Un informe don-
de falla la técnica, subjetivo. La conclusión defini-
tiva determinó que:
Si por los resultados de su cráneo hubiera de
decidirse de las pasiones de Manuel Blanco, halla-
P
de Rebotica
LIEGOS
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BOTICARIOS
MARISOL DONIS
El Hombre Lobo
de Allariz
Imágenes de
Allariz
Retrato al carbón del reporte médico de Manuel
Blanco Romasanta, El Hombre Lobo de Allariz.