E
s el siglo XVIII “cuyo espíritu –ha escrito el
profesor Sánchez Agesta– se condensa en las
ideas de renovación y reforma, de ordenación
racional, de difusión de la ciencia, de pedagogía
social”, en definitiva, “en su talante reformista”.
Y este espíritu lo personifica Agustín de Foxá,
lírica y exactamente, en una de las figuras
egregias del siglo, en Linneo: “Hace dos siglos,
en el XVIII empelucado y
racionalista, Linneo empezó a
hacer el recuento de las flores, a
archivar la Vida. Yo recuerdo,
continúa Foxá, su pobre jardín
de Upsala, cerca de Estocolmo,
sobrecargando con un pesado
nombre latino los pétalos
frágiles, únicamente fabricados
para soportar el rocío”. (Pero esa
pesadez “foxiana, dio alas a la
ciencia botánica…).
La Ilustración puede ser
representada como hija del
Renacimiento, pero mucho más
agitada, más tumultuosa; es
como si la humanidad hubiese
entrado en ebullición, lenta en el
jardín de Linneo o en el
laboratorio de Lavoisier, y
agitadísima desde la razón de
L´Encyclopédie
hasta la Revolución
francesa.
Sí, en la redoma de Europa, al
calor de las inquietudes de sus
hombres, la civilización se
puso a hervir en un proceso
que, podemos comprobarlo a
diario, llega hasta nuestros
días con un dinamismo
intrínseco e imparable que se
extiende a todos los ámbitos
de la sociedad sin limitarse a
una o varias parcelas o a
reducidos grupos de ciudadanos,
pasando a ser el pueblo el protagonista de la
Historia.
Y todo se realizó bajo la aportación intelectual de
una serie de hombres que defendieron que la
educación es la base de la libertad, lo que nos lleva
a destacar una de las características de esta centuria,
el didactismo, que, en literatura, se expresa en las
inmortales fábulas de Iriarte y Samaniego.
Y el arma para acceder a la
educación y la libertad será
la razón, que arrojará luz
sobre las creencias
pues “ninguna verdad
es definitiva y las
verdades absolutas,
nos dice el profesor
Esteva de Sagrera,
son sospechosas”.
De aquí la
importancia
decisiva que
adquieren la cultura
y la difusión de la
ciencia.
Aquel
maravilloso
Siglo de
las Luces
(1
ª parte)
Linneo
El químico francés
Antoine Laurent de Lavoisier
Ángel del Valle
P
de Rebotica
LIEGOS
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