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as tendencias innovadoras que se aprecian en la músi-ca a mediados del siglo XIX, desprendiéndose de los vín-culos de la tradición clásica, proceden mayoritariamente de manifestaciones artísticas populares casi siempre de carácter nacionalista, y de ese modo de cantar primitivo y espontáneo al que no afectan las normas docentes al uso y que manifiesta un gusto natural por la armonía puesto al servicio de la expresión y de la lírica, que ló-gicamente se hacen notar con mayor fuerza en el teatro cantado que en la música instrumental.

La vida musical en Rusia se vio iniciada en el siglo XVIII por Catalina II y continuada por Pedro I. Al prin-cipio se limitaba, casi exclusivamente, a las óperas italia-nas y francesas que a requerimientos de la corte se iban incorporando al repertorio de un público que las acepta-ba gustoso. Fueron apareciendo orquestas y profesores para realizar esta música, tanto lírica como sinfónica, que llegaba del extranjero y no tenía ninguna competencia con la música local pues ésta prácticamente no existía. El público ruso iba incorporando todo aquello a sus preferencias y también fueron llegando músicos jóvenes nacionales que desarrollaban sus ideales tanto en el terre-no teatral como en el instrumental; admiradores todos ellos de Héctor Berilos que por las características de su música era, de todo lo importado, el que más se adapta-ba a los gustos de aquel público sobre todo en materia de timbres orquestales.

El primer músico ruso en romper el hielo fue Mikhail Glinka , muy influido por las corrientes italianas, por ha-ber residido algunos años en Milán donde acometería sus primeros intentos como compositor. Después completa-ría sus estudios musicales en Berlín con buenos maestros y consideraría las enormes posibilidades para la ópera de los motivos populares rusos, lo que le animaría a com-poner La vida por el zar que logró un grande y señala-do éxito a pesar de las discrepancias de algunos aristó-cratas de San Petersburgo que rechazaban aquellas incursiones del canto popular en la música seria. Pese a

todo esto Glinka que fue el primero en utilizar estos pa-trones, no sólo triunfaría sino que ejercería una notoria influencia en las óperas rusas posteriores que no tardarí-an en llegar. Por todo ello algunos le consideraron padre de la música rusa, aunque sólo fuera porque indudable-mente apareció el primero.

Muy aficionado a los viajes, visitó España y de su re-cuerdo nos dejó dos composiciones sinfónicas, dos ober-turas tituladas Jota aragonesa y Una noche en Madrid . Y en París tuvo contacto con Héctor Berlioz cuyos temas hemos visto que entusiasmaban en Rusia. Inmediatamen-te surgen nuevos artistas partícipes de esta ola de entu-siasmo por la música nacional que formarán la llamada Joven Escuela nacionalista rusa o grupo de los cinco , pues al citado Glinka se unieron Nikolai Rimsky Korsa-kof, Alexander Borodin, Modest Mussorgski y César Cui.

Nikolai Rimski- Korsakof fue un músico muy com-petente que además de compositor fue un gran director de orquesta y maestro de orquestación.. Compuso quin-ce óperas inspirado como todos sus colegas en el folklo-re nacional, añadiendo elementos rítmicos y armónicos exóticos, pues viajó mucho debido a su profesión de ma-rino que compaginó con la música y pudo captar innu-merables matices reflejados en sus obras. Se suele salir de las normas de los compositores occidentales aunque los valoró y estudió en gran medida por ser profesor del Conservatorio de San Petersburgo. Incorporó las influen-cias de Glinka y de los cinco y fue un estudioso de la obra de Wagner. También influyeron en él Balakirov, Ber-lioz y Franz Liszt, y su obra fue seguida, entre otros, por Debussy, Ravel y Paul Dukas. En lo militar destacó co-mo oficial de la Marina Imperial de Rusia en la marina de guerra.

Entre su obras conviene destacar su Capricho espa-ñol , para orquesta, pieza conocidísima y querida por nuestro público que la considera “de casa” y aclama allá donde la escucha. Shehézade, suite para orquesta, también muy requerida por el gran público en todas

Jesús Arnuncio Pastor

MÚSICA

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de Rebotica de Rebotica

LIEGOS LIEGOS 30

La escue1a de 1os cinco

Mikhail Glinka Nikolai Rimski - Korsakof Alexander Borodin

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